Diecisiete años después del asesinato del concejal del PP de Ermua (Vizcaya) Miguel Ángel Blanco por parte de la banda terrorista ETA, la Cadena SER ha emitido este domingo una programa especial de A vivir que son dos días, su programa matinal del fin de semana, que bajo el título de 'Construir la convivencia' ha analizado el futuro político y social de la comunidad vasca.
Entre los invitados que han participado en el programa han estado el exministro de Educación Ángel Gabilondo; el obispo emérito de San Sebastián Juan María Uriarte; la jueza y exvocal del CGPJ Manuela Carmena; o la víctima de ETA Iñaki García Arrizabalaga, cuyo padre fue secuestrado y asesinado en 1980.
Pero sin duda alguna el contertulio estrella del programa no fue otro que José Luis Urrusolo Sistiaga, el exjefe del sanguinario grupo Madrid de ETA durante los años ochenta y que fue anunciado por el conductor del programa como "alguien que ha matado, secuestrado, puesto coches bomba, que cumple prisión por lo que hizo y que quiere pedir perdón".
En prisión desde 1997 por más de una quincena de asesinatos y los secuestros de los empresarios Emiliano Revilla y Diego Prado y Colón de Carvajal, acudió a la entrevista aprovechando un permiso de varios días en la prisión de Zaballa (Álava), donde cumple condena justo al resto de los etarras arrepentidos que se adhirieron a la denominada vía Nanclares.
Urrusolo Sistiaga, que renunció a ETA y pidió perdón a las víctimas por escrito, se mostró partidario de que todos los que han formado parte de la organización terrorista deberían hacer una "reflexión crítica de lo que hemos hecho, replanteándonos las barbaridades que hemos cometido" y después acercarse a las víctimas del terrorismo para decirles "mire, lo siento, esto no tenía que haber ocurrido, ojalá no lo hubiéramos hecho".
Dijo que "hay un problema de mentalidad" y que "dentro del mundo de la izquierda abertzale estamos muy acostumbrados a decir 'fue una barbaridad lo que se hizo con Lasa y Zabala', se piden explicaciones y todo eso, sin embargo, todavía somo incapaces de decir 'lo que se hizo con Miguel Ángel Blanco fue una barbaridad, no se tenía que haber hecho'". "Que la izquierda abertzale comparta esa responsabilidad es la base de poder avanzar y recuperar la convivencia", continuó.
En esta línea, el que terrorista arrepentido dijo ser consciente de que las víctimas del terrorismo sufrieron mucho más en el País Vasco y Navarra que en el resto de España, porque en las dos primeras regiones "además de matarte a un familiar tuyo se encontraban en una sociedad en la que un sector, que tenía mucha fuerza a nivel social, encima te ponía en una situación más complicada todavía", mientras en otras regiones "estaban rodeados de un entorno que les entendía y que les apoyaba".
"En la izquierda abertzale no se está asumiendo la responsabilidad de los que ha pasado, y no me refiero a responsabilidades jurídicas, creo que va más allá de eso, hay una responsabilidad compartida de manera diferente, no solamente porque no se dijo nada, también había reflexiones que se llevaban a cabo que al final traían otras consecuencias... todo es muy difícil de plantearlo en responsabilidad en términos jurídicos, pero eso es lo que hay que plantear a nivel de reflexión en nuestra sociedad", dijo en alusión a la dejación de responsabilidades de miles de ciudadanos vascos y navarros que jalearon durante años a los terroristas de ETA.
Calificó como "algo fuera de la realidad" o "marginal completamente" el hecho de que las nuevas generaciones de jóvenes vascos puedan gritar "Gora ETA" y aseguró que no sólo se siente responsable de los crímenes que él llevó a cabo personalmente, sino de todos los que ha cometido la organización de la que formó parte.
El programa no contó con la presencia de ningún representante de las principales asociaciones de víctimas del terror etarra, como la Fundación Víctimas del Terrorismo (FVT), la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), Dignidad y Justicia (DyJ) o el Colectivo de Víctimas del País Vasco (Covite).