Un joven, ataviado con pantalones de marca y portador de un iPhone, formó un gran escándalo en el centro social de Aquilino Iglesia Alvariño, en Lugo, después de que unos funcionarios le negaran un dinero que, según la versión del alborotador, le pertenecía, informa La Voz de Galicia.
Según el relato policial, el individuo insultó a la funcionaria, que tenía "el bolsillo lleno de dinero y no se lo quería dar". Cuando ya estaba fuera del edificio, intentó volver a entrar. Unos agentes intentaron disuadirlo; entonces, empezó a gritar que los policías le habían pegado.
Entre aspavientos, el joven llamó al 091, afirmando que había sido golpeado por policías locales y que sangraba por la nariz. "Calificamos el hecho como un despropósito, nada de lo relatado se ajusta a la verdad", reza el informe. Aún así, acudieron policías nacionales en un coche camuflado, así como una ambulancia.
Al final, "todo quedó en una simple anécdota", constatan los policías locales. Terminan su informe con estas consideraciones: "(...) Lo que sí es preocupante es (...) ver cómo un individuo de esta índole moviliza a los servicios de urgencia, sin importarle nada de lo que ello pueda suponer (...)". El airado demandante de ayuda lucía "ropa, calzado y complementos que marcan tendencia", además del último modelo de iPhone.