La iconografía separatista domina el paisaje catalán. Ninguna actividad pública se libra de los efectos del proceso, de las banderas independentistas, de la identificacion de lo que sea con la causa de Mas, Junqueras y la Asamblea Catalana.
En cualquier fiesta, cívil o religiosa, los partidarios de la independencia imponen sus símbolos y convierten el acto en un mitin de reafirmación política. Ocurre en las escuelas, en las entidades cívicas, en las asociaciones y con especial incidencia, en las iglesias. La última "hazaña" de los independentistas ha sido dejar su firma en forma de alfombra de flores con la "estelada" en la celebración del Corpus en Badalona con la complicidad eclesial.
Según informa el diario de información religiosa "germinansgerminabit.org", los organizadores de la confección de las tradicionales alfombras y los responsables de la parroquia de Santa María de Badalona decidieron que uno de los motivos que adornaría el paso de la procesión religiosa sería la bandera separatista. Y si en 2013 la estelada ocupó un lugar discreto, en una de las calles por las que pasaba la procesión, en esta ocasión, el pasado fin de semana, la bandera figuraba en una posición de honor, en la plaza de la basílica badalonesa.
Es una nueva muestra de la fijación independentista por contaminar cualquier expresión popular, ya sean las verbenas de San Juan o, como en este caso, las escasas festividades religiosas que aún tienen un desarrollo público en Cataluña. La influencia de la ANC no sólo es evidente en los feudos tradicionales del nacionalismo, sino que llega a las ciudades del cinturón de Barcelona, menos sensibles a las consignas del proceso. En dos de ellas, Castelledefls y la propia Badalona, gobierna el PP. Son las excepciones de un panorama municipal que se reparten un PSC en retirada, CiU y ERC.