Susana Díaz, que prometió ser "implacable" contra la corrupción cuando en el verano de 2013 heredó la presidencia de la Junta de Andalucía de José Antonio Griñán, ha guardado un clamoroso silencio este martes tras la redada de la Guardia Civil contra el fraude en la UGT de Andalucía.
La operación se ha saldado con 14 detenidos, entre los que figura el extesorero del sindicato Federico Fresneda; y varios registros. La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, que ha llevado a cabo la investigación, ha detectado "diversos métodos utilizados para desviar el dinero de las subvenciones a otros fines diferentes, en este caso presuntamente a una financiación del propio sindicato" y subraya que "la vía más importante en la financiación" de UGT-A "podría haber sido esta presunta práctica ilícita".
A pesar de la evidente gravedad de los hechos, la presidenta de la Junta de Andalucía no ha hecho ni una sola declaración. Díaz es además la presidente del PSOE andaluz, partido directamente vinculado a la UGT. Desde que llegó a la presidencia de la junta, no han hecho más que sucederse los escándalos que afectan a su partido y su sindicato, con el fraude masivo y sistemático en las subvenciones como telón de fondo.
Hasta ahora su única reacción ha sido pedir "respeto" para Andalucía y repetir eso de que será "implacable" ante la corrupción. Pero lo cierto es que hasta ahora no ha hecho nada. Es más, este martes ni siquiera ha hablado.