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Tres salidas al balcón del Palacio de Oriente

Juan Carlos I acompañará a Felipe VI en el mismo lugar en el que estuvo con Franco y al que se asomó el día de la boda de su hijo.

Juan Carlos I y Francisco Franco en el Palacio Real | Archivo

Uno de octubre de 1975, a Francisco Franco le quedan menos de dos meses de vida. Su empecinamiento en firmar las últimas ejecuciones de su régimen, pese a la intensa campaña internacional, con protagonismo destacado del Vaticano, pidiéndole que las condonara, ha sido un último gesto de autoridad del dictador, en una indisimulable agonía física. Ese día los entonces Príncipes don Juan Carlos y Doña Sofía, junto a varias autoridades del Estado, le acompañan en su último baño de masas en el balcón del Palacio Real, donde miles de españoles que abarrotan la Plaza de Oriente le vitorean y escuchan de su boca la denuncia de una "conspiración masónica-izquierdista en contubernio con la subversión comunista". La escena refleja la situación en la que se encontraba entonces el Príncipe heredero, que un año antes, y ante los graves problemas físicos de Franco, había asumido transitoriamente la jefatura del Estado. Rodeado por el `búnker´ franquista, fuertemente enfrentado al entonces presidente del Gobierno Carlos Arias Navarro y en busca de nuevos aliados entre los políticos de su generación, entre los que ya destacaba Adolfo Suárez. La imagen del joven Príncipe, con cara de circunstancias, en uno de los últimos gestos de fuerza de la dictadura, ha sido recordada en multitud de ocasiones por sus detractores, como sus palabras en la ceremonia de coronación del 22 de noviembre de ese mismo año, con España de luto por la muerte de Franco, en la que juró defender los principios fundamentales del Movimiento, los mismos que un año después dinamitó la Ley de Reforma Política que abría el camino a la democracia.

Casi treinta años después, el 22 de mayo de 2004, don Juan Carlos y doña Sofía subirán de nuevo juntos al mismo balcón, ante una multitud similar, en una España democrática y con un motivo radicalmente distinto: la boda de su tercer hijo, Felipe de Borbón, con Letizia Ortiz. Un enlace, el del heredero, que supone afianzar la continuidad dinástica. El tercer hijo de los reyes, primero en la línea sucesoria dada la preferencia del varón, es el primer Príncipe de Asturias que contrae matrimonio con una persona que no es de la realeza, que lleva años trabajando como periodista y que está divorciada.

La boda de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz

Una década después de la boda, primera de la Familia real que se celebra en Madrid desde la de Alfonso XIII en 1906, don Juan Carlos de Borbón volverá a salir al emblemático balcón del Palacio de Oriente para conmemorar la coronación de su hijo como Felipe VI, en quien ha abdicado la corona, aunque se ausentará en la ceremonia oficial de proclamación previa en el Congreso de los Diputados. Fue precisamente Felipe V quien encargó la construcción del Palacio en 1734, sobre el solar que quedó tras la destrucción en un incendio del Real Alcázar de Madrid. El último monarca que lo utilizó como residencia fue Alfonso XIII, abuelo de Juan Carlos I, quien eligió el Palacio de la Zarzuela, en el Pardo, como residencia.

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