El Ayuntamiento de Barcelona y la Generalidad han comenzado a repartir la colección infantil Història de Catalunya, de siete volúmenes, en bibliotecas, centros y entidades sociales y escuelas, según ha denunciado el PP de Cataluña, que ha pedido la retirada inmediata de estas publicaciones porque no sólo fomentan la independencia sino que difunden "una imagen negativa de España con simbolismos como tijeras con la bandera española que amenazan con recortar Cataluña".
"Además, los personajes que 'representan' a España siempre están dibujados con caras serias o agresivas, lo que supone una clara muestra de adoctrinamiento de los más jóvenes con una imagen de España y Cataluña contraria a la realidad", ha declarado el dirigente popular en Barcelona Alberto Fernández Díaz.
Llueve sobre mojado en la manipulación de la historia y los símbolos en manuales destinados a los niños. Hace sólo unos días, el catedrático de derecho internacional Rafael Arenas denunciaba que un libro para niños de diez años conseguía la proeza de explicar la historia de Cataluña desde la prehistoria hasta la Edad Media sin citar ni una sola vez la palabra España. Se trata del libro Medi natural, social i cultural, Barcelona, Barcanova, 3ª ed. 2011, firmado por C.-A. Trepat y otros.
Y ahora otra denuncia, la del PP respecto a una colección cuyas ilustraciones hablan por sí solas del sesgo contrario a España que destilan los siete "cuentos". Según Alberto Fernández Díaz, el Ayuntamiento de Barcelona habría destinado casi cien mil euros a subvencionar la obra, editada por "Grup 62", una firma perteneciente al grupo Planeta de José Manuel Lara, y que fue distribuida primero por La Vanguardia, el diario del conde de Godó, a un precio de 3,95 euros y ahora es objeto de un reparto masivo que va desde las bibliotecas y escuelas a los hospitales.
El contenido de la obra ha sido dirigido por los historiadores Josep Maria Solé Sabaté y Queralt Solé Barjau, y abarca desde la Prehistoria hasta la Via Catalana per la Independència de la pasada Diada. Las ilustraciones corren a cargo de la dibujante Pilarín Bayés. La Vanguardia se jactaba el pasado marzo de haber agotado el primer volumen, cuya tirada era de cuarenta mil ejemplares.