ERC gana unas elecciones en Cataluña por primera vez desde el 12 de abril de 1931. La estrategia radical de CiU ha servido en bandeja el triunfo a los republicanos. Con casi el cien por cien escrutado, ERC habría obtenido el 23,6% de los votos (594.052) y CiU, el 21,8% (548.640). El PSC es el gran derrotado en Cataluña, con el 14,2% (358.465), veinte puntos menos que en el 2009. A pesar de la fuerte caída del voto socialista, Iniciativa per Catalunya (IC), con el 10,2% (258.476), no ha logrado encaramarse al tercer puesto, pero sí superar al PP, quinta formación en estas elecciones en Cataluña, con el 9,8% (246.168). Ciutadans ha registrado un fuerte incremento en relación a las pasadas europeas, con el 6,2% y 157.820 votos. Podemos, con el 4,6% (117.056) y UPyD con el 1,2 (32.607) completan el retrato electoral en el Principado.
El único consuelo de CiU es que la participación en Cataluña ha sido un par de puntos superior al resto de España, el 47,4% frente al 44,7%. No obstante, Artur Mas encajó los resultados como un aval al proceso separatista y aseguró que la suma de votos de los partidos soberanistas es el dato más relevante de los comicios. "Ni un paso atrás" dijo el presidente de la Generalidad en su comparecencia, pese a que la victoria de ERC le coloca en una posición muy delicada, con el liderazgo del proceso en tela de juicio y con una pérdida constante de votos desde que comenzara, hace tres años, el "proceso".
En cuanto a la participación, la fotografía final de las elecciones en Cataluña ha quedado notablemente descafeinada. Después de meses de precampaña en clave independentista y tras las masivas operaciones propagandisticas del "derecho a decidir", el objetivo menos pretencioso de los partidos nacionalistas era el de que la participación superase, como mímimo, el 50%. No haber alcanzado ese porcentaje rebajó finalmente la euforia comparativa con el resto de España. Las ansias de votar en Cataluña son prácticamente similares, no ha habido una movilización como la que deseaban los nacionalistas, que habían planteado estos comicios como unas primarias del referéndum separatista e incluso como unas plebiscitarias para Mas.
Pese a todo, tanto ERC como CiU mostraron a las claras su intención de abrir a partir de hoy la precampaña para el referéndum separatista. No ha cambiado nada, dijo Mas, pese a la derrota. Y está todo por hacer, manifestó Oriol Junqeras, de ERC a la hora de valorar las consecuencias del triunfo de su partido.
En la contraparte, la fuerte caída del PSC, que pasa de primera fuerza en las europeas a tercera, y la del PP, en el quinto lugar, por detrás de Iniciativa, augura reorientaciones y cambios en ambos partidos de cara a afrontar el próxímo y crucial tramo de la política catalana. Sólo Ciutadans, que consigue por primera vez dos representantes en Europa, aumenta su base electoral y se consolida como fuerza emergente en Cataluña.
Sin embargo, la atención se centrará en los próximos días en el papel de Mas, en las tensiones que han aflorado a lo largo de la campaña con sus socios de Unió y en la dirección de un "proceso" para el que CiU carece de la credibilidad radical de ERC.
La notoria implicación de Mas en esta campaña, así como la "desaparición" de Duran Lleida, que alegó un pinzamiento en la espalda para no asistir a casi ningún mitin de CiU, colocan al presidente de la Generalidad en una difícil tesitura, sin ningún crédito electoral, con fuertes caídas en las dos últimas contiendas (las autonómicas de 2012 y estas europeas), preso de sus compromisos con ERC y con la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y en manos de los republicanos, de quien depende para gobernar. Mas, según ERC, ya está amortizado y el proceso necesitaría un recambio en la sala de máquinas.