La investigación del asesinato de Isabel Carrasco intenta ahora esclarecer la relación de la policía local que entregó el arma, Raquel Gago, con las supuestas asesinas. Según informa El diario de León, un controlador de la ORA ha confirmado que estaba con la policía local cuando llegó Triana Martínez, la hija de Montserrat González Fernández, presunta autora de los disparos.
Según este testimonio, se encontró con Gago a 250 metros del puente donde se cometió el crimen alrededor de las 17:30 horas y se pararon a hablar porque eran conocidos. La policía local estaba junto a su coche, el Volkswagen Golf donde apareció luego el arma con el que se realizaron los disparos. Raquel Gago estaba como esperando a alguien, ha declarado el controlador, cuando apareció Triana Martínez. Se saludaron afectuosamente pero el testigo asegura que no le entregó nada ni vio la bandolera negra que luego apareció en el maletero del coche.
El testimonio coincide en parte con el de la agente, que sostiene que se encontró con Triana de forma casual, que no le dio nada y que encontró el bolso en la tarde del martes al abrir el maletero. Según algunas teorías, Gago habría dejado el coche a Triana e incluso que podrían haberse desplazado con él hasta el lugar del crimen, pero, según informa El Diario de León, los vecinos aseguran que madre e hija salieron juntas en el Mercedes a las 16:55 horas.
La Policía Nacional tiene dudas de la versión de Gago, ya que no entienden por qué no informó de que había visto a Triana minutos después del asesinato pese a saber que había sido detenida. La agente local lo sabía porque se lo había dicho su compañero de patrulla, uno de los que participó en el dispositivo de busca del vehículo en el que querían huir madre e hija.
Los investigadores esperan que la declaración de Gago ante la juez esta tarde arroje algo de luz sobre los puntos oscuros de su versión de los hechos.