La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, apeló a la "responsabilidad" de Magdalena Álvarez para que presente su dimisión como vicepresidenta del Banco Exterior de Inversiones (BEI) tras su imputación en el caso ERE.
"Su situación es cada vez más comprometida. Muy comprometida", dijo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. "Llamo a Magdalena Álvarez a la responsabilidad" que tiene "con los estados que la designaron" para el puesto. La vicepresidenta recordó que la "silla" que ocupa la exministra de Fomento es compartida con Portugal, por lo que representa a ambos estados.
Por ello, la vicepresidente insistió en pedir a Álvarez que se marche -aunque nunca utilizó el término dimisión- "por respeto a la institución de la que forma parte. Su situación es muy comprometida y llamamos a su responsabilidad para que no afecte a los estados que la designaron y a la institución que es clave en Europa".
Tal y como avanzó este diario la pasada semana, el Gobierno no ha reclamado formalmente la dimisión de Magdalena Álvarez, pero trabaja para que acabe cediendo y abandone el Banco Europeo de Inversión (BEI). Lo que se busca es que la exministra abandone "voluntariamente" su puesto de vicepresidenta.
En esto, el Gobierno parece tener como colaborador a Alfredo Pérez Rubalcaba. El líder socialista ha hablado del asunto con Luis de Guindos, el ministro clave en todo lo que respecta al BEI, y ambos habrían llegado a la misma opinión: la situación es insostenible pero es Álvarez la que tiene que dar el paso. Por eso, se llama una y otra vez a su "responsabilidad" pero -salvo Carlos Floriano, y sin vehemencia alguna- no se le pide claramente que se marche.
El asunto ocupó parte de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Se le preguntó a Soraya Sáenz de Santamaría pero fue Guindos quién tomó la palabra. Y lo hizo para recordar que el puesto que Álvarez tiene en el BEI representa no sólo a España sino también a Portugal -por consenso, la silla la ocupa seis años un español y cinco años un portugués-.
Lo que hacía Guindos con esta advertencia era meter más presión a Álvarez, según las fuentes consultadas. Y es que al Ejecutivo de Portugal tampoco gusta nada la situación judicial de la exministra; como tampoco se entiende dentro "del propio BEI", en voz de un ministro.
En caso de que Álvarez no quisiera irse de forma voluntaria, como le instan tanto Guindos como Rubalcaba, el Gobierno podría forzar su salida con la convocatoria de una reunión del consejo de administración que incluyera esta cuestión en el orden del día. Extremo que fuentes gubernamentales rechazan de momento.
El caso de Álvarez fue abordado en su día directamente por Mariano Rajoy y el líder de la oposición. Ambos acordaron que si había imputación se tendría que marchar, pero prefieren que sea ella quien se vaya y que no sufra la "humillación" de que la echen. De momento, la exministra de Zapatero se aferra al puesto.