El galimatías de preguntas sobre la independencia en la encuesta de Feedback para La Vanguardia hace imposible hacerse una idea clara de qué es lo que piensan los catalanes sobre un asunto trascendental.
Según La Vanguardia, el sondeo refleja un empate "entre partidarios y contrarios a la secesión" y un "incremento de los indecisos". "Con una participación estimada por encima del 72%, la correlación dibujaría un empate en torno al 43% de los votos" a favor de la independencia y quienes estarían en contra.
Esto sería un resultado claro y transparente si Feedback se limitara a preguntar: ¿Desea usted la independencia de Cataluña, sí o no? Pero no es así. "A la pregunta de si Cataluña debe ser un Estado, el 53,3% confiesa que votaría afirmativamente, frente a un 35,7% que lo haría negativamente, mientras que más del 11% votarían en blanco o aún no se han decidido", dice La Vanguardia. Pero la empresa demoscópica riza aún más el rizo y hace una segunda pregunta. "En la siguiente pregunta, más del 81% de quienes habrían apostado porque Cataluña fuese un Estado, votaría que ese Estado fuese independiente, frente a casi un 15% que rechazaría esa posibilidad. El balance final dejaría a los partidarios de la independencia en el 43,4% del conjunto de los votos emitidos y a los contrarios en el 43,5% (resultado de la suma de quienes votarían sí a un Estado pero no a la secesión y de aquellos que ya habrían rechazado inicialmente la posibilidad de que Cataluña sea un Estado; el35,7%", dice el periódico del conde de Godó. Ahora bien, los que han votado por que Cataluña sea un Estado pero que no sea independiente, ¿qué es lo que han votado?
El contrasentido no acaba ahí, porque Feedback hace una serie de preguntas que se sustentan en las creencias personales de cada encuestado. "El apoyo a la celebración del la consulta sigue por encima del 70%. Y la convicción de que finalmente se celebrará incluso se ha reforzado. Casi el 48% se muestra seguro de que la consulta se celebrará, frente a menos del 44% que lo duda". Se admiten apuestas. Y las preguntas sobre lo que pasaría tras una hipotética independencia son aún más surrealistas. "La convicción de que la Unión Europea apoyaría la independencia catalana ha caído del 49% al 43% y ahora son mayoría quienes descartan el respaldo de la UE a la separación. Asimismo, el contingente de ciudadanos convencidos de que una Cataluña independiente se reincorporaría rápidamente a la UE ha descendido casi 14 puntos desde octubre de 2013. Y ha pasado del 20% a más del 36% la cifra de quienes creen que un Estado catalán independiente quedaría fuera de la UE. Sólo un 22% piensa que Cataluña permanecería desde el primer momento en la actual Unión Europea". Unas preguntas que no sirven para nada, pues la permanencia de una Cataluña independiente en la UE o su hipotético reingreso no depende de la opinión de los ciudadanos.