Una barrera de seguridad custodiada por militares franceses permite el acceso a la base militar que el país vecino tiene en el aeropuerto de Yibuti, una excolonia francesa que alcanzó su independencia en 1977. Su privilegiada situación geográfica, puerta de entrada y de salida del golfo de Adén, ha hecho que las Fuerzas Armadas francesas hayan tenido allí en las últimas décadas una de sus mayores bases en el exterior.
Edificios de construcción occidental de cuatro o cinco plantas, rodeados por pistas de tenis y un campo de fútbol de tierra, entre otros espacios dotacionales, quedan a los lados de unas instalaciones decoradas con aviones de combate y carros de combate históricos ya dados de baja del servicio. La carretera principal, repleta de elevaciones que reducen la velocidad de tránsito, lleva enseguida hasta la pista de aterrizaje y despegue.
Superada la pista, donde además de los aviones franceses se encuentran dos aviones Orión P3, uno con bandera española y otro con la alemana, se encuentra la zona de hangares. Allí, en una doble fila de casetas prefabricadas, se encuentra el Destacamento Orión español, punto de la lanza de la Operación Atalanta de la Unión Europea contra la piratería en el Cuerno de África.
España aporta a esta misión de la UE un Buque de Acción Marítima (BAM), que lleva a bordo un helicóptero y un equipo de infantes de marina, y una aeronave de vigilancia marítima. Precisamente, es el único país europeo que tiene un avión de este tipo de manera permanente en la misión. El resto, se turna para poner el avión que hace de pareja con la aeronave española.
Esta misión aérea, conocida como Destacamento Orión, está compuesta por 52 militares del Ejército del Aire y otros dos del Cuerpo de Sanidad, en la que es la decimonovena rotación desde su comienzo. Sus cometidos son tres: la protección del corredor marítimo, en busca de posible barcos sospechosos de llevar piratas a bordo; el salvamento y rescate (hace unas semanas rescataron a un surcoreano que había caído al mar) y el control de la costa somalí.
En esta costa, "se han llegado a tener detectados hasta un centenar de poblaciones con actividad pirata, aunque la cifra no es lo importante", dice el teniente coronel Jacobo Lecube, quien explica que lo que buscan en esas poblaciones "son patrones de vida", es decir, pistas que les hagan saber cómo evolucionan sus habitantes y si podrían estar organizando o no nuevas expediciones piratas o si por el contrario sus actividad económica se está enfocando hacia otra actividad.
Las fotografías de estas poblaciones de la costa, que son tomadas durante los vuelos de ocho horas que realizan las aeronaves del destacamento, ya sean de día o de noche, son luego facilitadas a los siete miembros que tiene el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS) en la zona, que son los encargados de examinar y sacar conclusiones de las mismas.
Además, los miembros del destacamento Orión se mantienen en contacto con la treintena de embarcaciones españolas que pescan en las aguas del Océano Índico más cercanas a las costas de Somalia, con el objetivo de vigilar las áreas donde van a faenar y controlar que no haya actividad pirata en las mismas.