Tal y como ha explicado Esperanza Aguirre en la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité de Dirección del PP de Madrid, éste órgano del partido "ha dedicado bastante tiempo" a elaborar "una declaración de condena" a las palabras de Eguiguren, que este pasado fin de semana aseguró que "en Madrid se vivía mejor" cuando la ciudad era objetivo habitual de los atentados de ETA.
Aguirre ha empezado por recordar que el político es todavía "presidente del Partido Socialista en el País Vasco" y ha asegurado que sus palabras "nos han parecido absolutamente intolerables (…) cuando ETA ha asesinado 127 personas en Madrid y ha causado el dolor, la muerte y el desconsuelo de muchísimas familias, madrileños y españoles de bien".
La declaración ha sido durísima, recordando "el currículum del señor Eguiguren" que fue "condenado en 1992 por propinar una paliza a su mujer con un paraguas y un zapato". Una paliza que produjo a la entonces mujer de Eguiguren "lesiones que tardaron 20 días en curar", algo que, como ha recordado Aguirre "no lo digo yo, lo dice la sentencia que le condenó".
"Parecería –ha seguido la popular- que un condenado por malos tratos en sentencia firme habría acabado su carrera política". Obviamente no ha sido el caso de "este socialista y abertzale", como lo ha llamado Aguirre, "sino que sus compañeros y compañeras, que tanto dicen preocuparse de la violencia de género, le han elegido presidente del Partido Socialista de Euskadi".
Y todavía como "más grave" ha calificado que Zapatero "le encargó de un asunto de Estado tan importante como la negociación con ETA". Una negociación en la que "ETA ha debido tener un gran poder de convicción" ya que Eguiguren ha declarado –"a ver qué opinan los vascos"- que "no se entiende Euskal Herría sin Navarra".
"A mí me parece –ha seguido- que hay quien dice que el Partido Socialista de Rubalcaba tiene un problema con Eguiguren. Yo creo que España tiene un problema con el Partido Socialista".