Son poco menos de 600 los agentes de la unidad adscrita a la Junta de la Policía Nacional, conocida popularmente como Policía Autonómica Andaluza, una caricatura caprichosa de la Erzaintza y de los Mossos de Esquadra. De ellos, 160 se dedican a la tarea de guardaespaldas de las autoridades andaluzas en labores directas o a la vigilancia de los edificios donde tienen los despachos. Casi la mitad de los euros que tiene asignada toda la Unidad se destina a pagar a los escoltas de los altos cargos y la seguridad de los edificios. Y más del 25 por ciento de los 595 agentes, 131, son mandos, que salen a 3 agentes cada uno.
El borrador del programa del PSOE andaluz para las elecciones autonómicas de marzo de 2008 no incluyó referencia alguna a la creación de una Policía Autonómica realmente autónoma, competencia que figura en el nuevo Estatuto de Autonomía, si bien los socialistas lo recogieron como promesa electoral en su programa de 2004. Tampoco aparece mención alguna en el programa de José Antonio Griñán con el que Susana Díaz gobierna en la Junta de Andalucía. Sólo se limitaba a exigir al gobierno español el cumplimiento del acuerdo de 1993, fecha de su creación.
La protección de menores, la lucha contra el absentismo escolar, la vigilancia de espacios naturales, la prevención de incendios forestales, el juego ilegal, la violencia machista, los espectáculos públicos... Aunque estas son otras de sus competencias, es la protección de altos cargos y sedes oficiales la que más medios, humanos y materiales, absorbe. Y encima, la paga el gobierno Rajoy en buena parte.
Invita la Junta; paga el Gobierno central
El 27% de todos los efectivos con los que cuenta la Policía Autonómica se dedican a la seguridad de las autoridades de la Junta, lo que cuesta 1,5 millones de euros al año, el 40% del presupuesto total que la Junta de Andalucía ha aprobado este año para la unidad, 3,7 millones de euros según El Mundo. Pero, dado que los gastos son compartidos en parte por el gobierno de España, es el gobierno de Mariano Rajoy es el que corre con la mayor parte de los gastos de la seguridad institucional de la Junta.
Los sueldos de los 160 agentes dedicados a la vigilancia de edificios y protección de personalidades en Andalucía suponen para las arcas del Ministerio del Interior un coste aproximado de 4,5 millones de euros al año, más de lo presupuestado por la Junta para todo el Cuerpo. En su conjunto, la Junta paga 1,5 millones y el Estado 4,5, por lo que la Junta sólo paga la cuarta parte del coste de guardar las espaldas a altos cargos andaluces y edificios de la Junta.
Los agentes de la escala básica cobran un sueldo de unos 2.000 euros brutos al mes, a los que hay que sumar 300 euros más como complemento general para todos los agentes de la unidad adscrita y, en el caso de los policías destinados a la protección de edificios y personalidades, hay que añadir otros 250 euros y 600 euros, respectivamente.
Por poner un ejemplo, un escolta de la presidenta Díaz puede llegar a cobrar cerca de 3.000 euros, frente a los 2.300 de un agente raso, situación que causa malestar interno por las diferencias salariales entre agentes y, sobre todo, con el cuadro de mandos.
Este año 2014, la Junta cuenta con un presupuesto de 3,7 millones de euros, según la información facilitada por la Consejería de Justicia e Interior. Aunque su cuantía ha sufrido un recorte del 10 por ciento respecto a 2013, pasando de los 4,1 millones en 2013 a los 3,7 millones de este año, mantiene los complementos salariales a sus cerca de 600 agentes.
Hay un jefe de la unidad, ocho jefes provinciales, cuatro jefes de sección operativa, 23 jefes de grupos operativos, 32 jefes de subgrupos operativos y 62 jefes de equipos operativos. El resto, 464 efectivos, son los agentes rasos.
Desde siempre, se ha cernido sobre la Unidad la sospecha de "enchufismo", sobre todo en la primera época (se fundó en 1993) y de su constancia dan fe los foros policiales de internet. Asimismo, en otros cuerpos de seguridad de la Junta, concretamente en uno conocido como "los verdes", el enchufismo se practicaba. Por ejemplo, un hermano de Manuel Chaves, Carlos María, perteneció a este grupo sin haber opositado inicialmente. Libertad Digital lo publicó hace años.