La "Assemblea Nacional Catalana" (ANC) tiene previsto aprobar este sábado el polémico documento en el que diseña un golpe de Estado en un marco insurrecional para declarar la República catalana. La ponencia, que no fue desautorizada por el partido de Mas, también prevé otros escenarios, como el de un referéndum tolerado por el Estado, pero no el de una consulta no vinculante, que es la opción de los "moderados" de la federación nacionalista CiU.
La "asamblea" de la ANC se celebrará este sábado en Tarragona, tres días antes de la sesión en el Congreso de los Diputados que abordará la moción del Parlamento catalán en la que se pide el traspaso de la competencia para convocar consultas. CiU, ERC e Iniciativa han designado un equipo de intervinientes compuesto por Jordi Turull (CiU), Marta Rovira (ERC) y Joan Herrera (ICV), que están a la espera de las conclusiones de la ANC para adaptar su estrategia y discurso a las pautas e instrucciones de la organización dirigida por la militante de ERC Carme Forcadell.
La reunión servirá también para oficializar la agenda de la ruptura y la exhibición de fuerza y de masas del próximo 11 de Septiembre. Ya ha trascendido que la "idea" es ocupar la Diagonal de Barcelona, diez kilómetros de longitud con edificios cargados de simbolismo como la sede de La Caixa, el Camp Nou, la Casa de las Punxes, el proyectil de Nouvel (la Torre Agbar). Sin embargo, no será la única acción de cara al 11-S de la ANC. Entre sus proyectos figura como una asignatura pendiente la "internacionalización del conflicto". El año pasado la organización, que presume de haber logrado ya unos cuarenta mil socios, movilizó a algunos catalanes en el exterior que llevaron a cabo pequeñas concentraciones en Londres, París, Berlín y algunas otras capitales europeas. Este año ha previsto una concentración en Bruselas para finales de abril y pretende que haya actos significativos y simultáneos en cuarenta ciudades de todo el mundo durante el 11 de Septiembre.
Otro de los asuntos destacados en la reunión de este sábado será la "presentación" de la comisión sectorial de funcionarios del Estado, un grupo de militantes de la ANC que ocupan puestos en la Admnistración del Estado en Cataluña. Según la ANC, la formación de este grupo se debe en gran medida la irreversibilidad del proyecto y a la consiguiente inquietud del funcionariado estatal por su futuro. Agrupa a "voluntarios" y "militantes" de diversas áreas, como la Seguridad Social, la Agencia Tributaria, del Servicio Público de Empleo Estatal (el Ministerio de Trabajo) y de RTVE, los organismos del Estado con más actividad en Cataluña. Según los datos de la ANC, en Cataluña hay alrededor de treinta mil funcionarios públicos dependientes del Estado.
La "Assemblea" matiza que no se trata de "funcionarios españoles", sino "funcionarios catalanes que trabajan para la administración española". Se mantienen en el anonimato por temor a represalias. También muestran una gran inquietud por su futuro laboral en caso de independencia, según exponían el pasado 25 de marzo en el diario Ara. "Necesitamos contrarrestar el discurso del miedo, pero no tenemos garantías de cómo seremos tratados el día después de la independencia", afirmaba uno de los integrantes de la asociación de funcionarios anónimos. También apuntaba que son un colectivo muy numeroso con grandes cargas familiares y un efecto potencialmente decisivo para ampliar la "mayoría social" del separatismo, así como su experiencia laboral en campos como el de la Seguridad Social, en el que no existe un correlato autonómico.
En paralelo, la agenda de la Generalidad incluye un singular acto para el mismo día de la "cumbre" de la ANC, la inauguración de un "Casal Català" en Venecia, feudo de la formación ultraderechista y xenófoba Liga Norte, cuyo máximo dirigente fue recibido por Artur Mas hace unas semanas. La delegación oficial catalana estará compuesta por el consejero de Justicia, Germà Gordó (que pasa por ser uno de los aspirantes a suceder a Mas, junto con el alcalde Trias) y el director de "relaciones internacionales y cooperación" del Ayuntamiento de Barcelona, Joaquim Llimona, y se presentará en Venecia dos días después del suceso del "tanque de fabricación casera" con el que los independentistas del norte de Italia pretendían irrumpir en la plaza de San Marcos.