La indignación entre los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) del Cuerpo Nacional de Policía, conocidos popularmente como antidisturbios, no para de crecer después de los fallos en el dispositivo de seguridad de las marchas del pasado sábado, que concluyeron en graves disturbios en los que más de cincuenta agentes resultaron heridos por los ataques con todo tipo de material contundente de grupos antisistema.
Este mediodía, medio millar de agentes se han concentrado frente a las puertas del recinto policial de Moratalaz, ubicado en la calle Tacoma, donde se encuentra la sede en Madrid de la Primera UIP, después de que los propios agentes se convocaran a través de mensajes móviles y de las redes sociales. Una vez conocida la convocatoria, los principales sindicatos policiales (ASP, SUP, CEP, UFP y SIPEPOL) se sumaron a la misma.
Los agentes exigen la destitución inmediata de los dos principales responsables del dispositivo de seguridad del pasado sábado. Exactamente, del Jefe de las Unidades de Intervención Policial (UIP), José Miguel Ruiz Igurquiza, y del Jefe de la Primera UIP, Javier Virseda. A ambos les acusan de la "mala organización y planificación del dispositivo", de dar "instrucciones que carecen de todo tipo de acierto operativo" o de ser "responsables de la escasez de material" con la que los agentes salieron a las calles de la capital.
Fuentes policiales aseguraron a Libertad Digital que los mandos contaban con 30 grupos UIP en las calles de Madrid y otros 5 de guardia en la base, con lo que era perfectamente posible controlar la situación, pero los mandos del dispositivo "no supieron mover los grupos" a las zonas más conflictivas según se iban produciendo los incidentes y hubo grupos que se quedaron "sin actuar" o "protegiendo fachadas mientras sus compañeros eran atacados salvajemente por los antisistema y no recibían refuerzos".
Las mismas fuentes denunciaron que los mandos "no respondieron en ningún momento a las llamadas de auxilio" de los grupos o subgrupos que eran atacados por los radicales a través de las emisoras, y que las órdenes dadas por Igurquiza y Virseda es que "no se utilizara ningún tipo de material antidisturbios", en alusión a pelotas de goma, sino que únicamente dispararan las bocachas -la escopeta con que se lanza las pelotas de goma- para asustar con el ruido que provocan. "Cuando algunos ya estaban acorralados dispararon pelotas", explican.
"Las pelotas de goma permiten tener controlados a los alborotadores a distancias de hasta cincuenta metros, cuando sólo puedes recurrir a la defensa -en alusión a la porra-, la distancia a la que puedes contener a la gente es de apenas metro y medio, como mucho, eso hizo que pudieran estar a tres o cuatro metros de nosotros lanzándonos piedras y cascotes", explica uno de los antidisturbios presente en los altercados.
Se da la circunstancia de que éste era el primer operativo grande que planificaba en Madrid el Jefe de la Primera UIP, Javier Virseda, que accedió a ese puesto hace apenas quince días, después de que Javier Nogueroles, que ocupaba el puesto, ascendiese a comisario y fuese destinado por el Ministerio del Interior a la ciudad autónoma de Melilla como nuevo jefe de Operaciones de la Policía, donde podría aportar su experiencia en mantener la seguridad pública en los dispositivos que se diseñan para evitar los asaltos al vallado fronterizo.
Ante los fallos denunciados por los agentes que participaron en el dispositivo, el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, ha ordenado la apertura de una investigación reservada para esclarecer lo sucedido y ver qué fallo el pasado sábado. Para ello, se contrastarán los testimonios de los agentes y visionarán las imágenes que se recogieron durante la marcha y los altercados posteriores.