El expresidente del Gobierno, Adolfo Suárez, ha fallecido este domingo a la edad de 81 años, tras agravarse la enfermedad neurológica que sufría desde 2003, como consecuencia de una neumonía reciente. Su hijo, Adolfo Suárez Illana, anunció este viernes que el desenlace sería "inminente".
El portavoz de la familia, Fermín Urbiola ha informado a los periodistas congregados ante la clínica Cemtro de Madrid: "Por expreso deseo de la familia os comunico que Adolfo Suárez González ha fallecido. Muchas gracias". El expresidente del Gobierno permanecía ingresado en la clínica Cemtro, acompañado de sus familiares, desde el pasado lunes, cuando llegó al centro hospitalario aquejado de una infección respiratoria.
Pedro Guillén, director de la clínica Cemtro, ha asegurado en una rueda de prensa ante los medios congregados en la clínica que la muerte de Adolfo Suárez se había producido como "la evolución natural de la enfermedad". La médico que ha atendido al expresidente ha explicado que "no se han aplicado medidas extraordinarias. Ha permanecido confortable, sereno y rodeado de su familia, con muy buena calidad de vida hasta el final de los días".
Las disculpas de Suárez Illana
A las puertas de la clínica, Adolfo Suárez Illana ha trasladado su agradecimiento a todos los españoles y a los medios de comunicación por las muestras de apoyo y solidaridad que han recibido.
"Sólo quiero daros las gracias por estar aquí, por comunicar, por hacernos fácil a la familia este trago. Quiero pediros disculpas por haberos tenido aquí 48 horas, pero no han sido mejores que las que hemos pasado nosotros", ha dicho Suárez Illana.
El hijo de Adolfo Suárez, que no ha podido contener las lágrimas, ha atendido a los medios poco después de despedir al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que ha acudido al centro hospitalario a trasladar su pésame a los familiares.
Una dilatada trayectoria
Adolfo Suárez nació en 1932 en Cebreros (Ávila). Perteneciente a la clase política franquista, en la que alcanzó los cargos de viceministro del Movimiento y procurador en Cortes durante dos legislaturas, asumió los deseos de cambio del pueblo español cuando, el 3 de julio de 1976, fue nombrado presidente del Gobierno, recoge Efe.
Llevó a cabo la Ley Fundamental de Reforma Política que desmontó la dictadura y abrió el camino a la democracia, pactó con los dirigentes de la izquierda procedentes de la clandestinidad o el exilio, como Felipe González o Santiago Carrillo, para hacer posible el proceso democrático que se inició el 15 de junio de 1977 con las primeras elecciones libres.
Durante su primer mandato, de 1977 a las elecciones del 1 de marzo de 1979, se consensuó y elaboró el texto de la Constitución que fue refrendado por los españoles el 6 de diciembre de 1978.
Comenzó entonces, ya como primer presidente constitucional de España, la etapa más difícil de su Gobierno, asediado por el terrorismo, la inflación y el creciente desempleo, una descentralización del poder del Estado que dio lugar a las autonomías y con una crisis ideológica en el seno de su propio partido.
Las duras críticas a su gestión, la crisis interna de UCD y la falta de apoyos sociales llevaron a Suárez a dimitir el 29 de enero de 1981. "Mi marcha es más beneficiosa para España que mi permanencia. Yo no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la historia de España", diría entonces.
Esas palabras cobraron dimensión cuando, tres semanas después el 23 de febrero de 1981, el teniente coronel Antonio Tejero entró en el Congreso de los Diputados con varias decenas de guardias civiles mientras se votaba la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como presidente del Gobierno.
Fundador de dos partidos políticos, la Unión del Centro Democrático -UCD- y el Centro Democrático y Social -CDS-, Suárez fue también el principal causante de su desaparición pues, en palabras de Leopoldo Calvo Sotelo, era "el clavillo del abanico" y, al abandonarlo, desbarató todas sus varillas.
Diseñó el espacio político del centro, que desde la disolución de UCD se han disputado los dos grandes partidos del país, PSOE y PP, pero pasó a la historia por ser el principal artífice de la Transición, un protagonismo que nunca quiso asumir.
Así resumió Suárez el relato de la transición: "Don Juan Carlos fue muy importante. Ganamos la libertad de expresión. Yo legalicé los partidos políticos. Se necesitaba el máximo nivel de comunicación. El proceso tuvo muchas dificultades. Hubo asesinatos y atentados. Y, sin embargo, logramos crear una situación impensable unos años antes. Creo que fue sobre todo un período de mucho sentido común".
Deja la política en 1991
Retirado de la política en 1991, dedicó sus últimos años a su familia y lo justificó así: "Yo ya he hecho mi trabajo y ahora tengo deudas que cumplir con ella, por tantos años que he dedicado a la política".
Fueron exactamente 42, una vida que amó profundamente hasta que el fracaso del CDS en las elecciones de 1982 le llevó a tomar su decisión de la que habló así en 1995: "Nunca voy a volver a ella, aunque sea difícil. Yo soy un político de raza. Es lo que más me gusta. Diría incluso que no sé hacer otra cosa".
A raíz de la muerte de su esposa, Amparo Illana, Adolfo Suárez sufrió una cruel enfermedad neurológica que dejó sin recuerdos a quien había sido memoria viva de la Transición aunque, en compensación, le ahorró el dolor de asistir a la muerte de su hija mayor, Marian.