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La historia de Marta Meléndez: un caso paradigmático del PSOE de Cádiz

El Diario de Cádiz cuenta la historia de esta "funcionaria", que fue colocada a dedo en el ISE de la Consejería de Educación en 2006.

Con el título de "Funcionaria Meléndez", aparece este martes un artículo en Diario de Cádiz cuyo contenido tiene que estar inspirado en fuentes de toda solvencia del PSOE oficial de Cádiz y que describe con claridad el "estilo socialista" gaditano.

Como es sabido, la dirección oficial del PSOE de Cádiz pertenece a la facción de Susana Díaz y los restos del griñanismo andaluz, mientras que Marta Meléndez vinculó su suerte al clan de Alcalá de los Gazules y al viejo aparato socialista ligado a Manuel Chaves y Luis Pizarro. Recientemente, Marta Meléndez fue despedida por la misma Junta de Andalucía por faltar al trabajo, el primer despido que se recuerda de la Junta a un ex alto cargo del PSOE. Tras su rueda de prensa en la que insinuó, aunque levemente, razones políticas en su despido, la respuesta le ha llegado en forma de pedrada en la toda la frente.

En el mencionado artículo, además de llamarla "apuesta perdedora de los socialistas en las municipales de 2011", se la recuerda que "fue colocada a dedo en el año 2006, el ISE, -Infraestructuras y Servicios Educativos- de la Consejería de Educación que se encarga de las infraestructuras escolares. Su relación laboral había sido extinguida porque no iba a trabajar. Un 22,7% de ausencias "justificadas" es un porcentaje impactante". Y añade que su partido le ha señalado ya la puerta de salida.

Por si fuera poco, se menciona su trayectoria académica y profesional y se dice: "Aunque los políticos del 'estilo Meléndez' disfracen su curriculum, no es difícil rastrear su trayectoria. Meléndez es licenciada en Derecho y buscó trabajo en un negociado en el que su padre, Cipriano Meléndez, mandaba. Y mandaba mucho. El padre de Marta Meléndez, administrativo que estudió Magisterio pero nunca ejerció, tenía hasta su jubilación un enorme poder en la delegación de Educación. Como responsable de personal de Secundaria era la penúltima firma en los destinos del profesorado. Así que Marta Meléndez se hizo profesora, profesora de FOL -Formación y Orientación Laboral-, una de esas marías de la LOGSE, que, a juzgar por los resultados, no parecen tener utilidad alguna".

Y luego se precisa cómo fue el enjuague: "A Meléndez hija, como no resulta extraño en un primer destino, se le asignó Almería. Nunca fue a Almería. El curso lo pasó en el Corralón, en el IES La Viña-de Cádiz-. Cómo se produjo aquella prestidigitación no es ningún secreto en Educación, pero tampoco es extraño. Pocos hablarán mal de Cipriano Meléndez en Educación porque en esa delegación, en aquellos años al menos, todo funcionaba como una cadena de favores. Cipriano era bueno en su trabajo y, además, hacía favores. Pero para la entonces delegada de Educación, Pilar Sánchez, que también hacía sus favores, el que la hija de uno de los responsables de personal consiguiera algo tan improbable para un interino como obtener un trabajo en su lugar de residencia le pareció excesivo. Hubo una guerra interna que estuvo a punto de llegar a los tribunales".

Pilar Sánchez, luego alcaldesa de Jerez, quiso enfrentarse a Cipriano y al entonces potente sindicato de interinos, el SADI. Pero lo que ocurrió fue que salieron a la luz "las abultadas dietas de la delegada, que aspiraba a hacer carrera en el partido y que, hasta hoy, sin ninguna trayectoria que avale su competencia, sigue teniendo un alto cargo en Educación. Así funcionaban las cosas".

Premio: candidata a la alcaldía

El premio para Marta Meléndez fue ser candidata a la alcaldía de Cádiz, pero no ganó las elecciones. Y dado que Meléndez se movía bien en el partido y tenía padrinos en la delegación "consiguió su puesto en el ISE, remunerado con 4.214 euros mensuales brutos, mucho más de lo que gana un profesor de a pie. Fue Fernando Ameyugo, director provincial del ISE, quien la llamó. Era un puesto cómodo, tan cómodo como que Ameyugo, un hombre afable, tuvo que dejar el cargo porque los papeles y las facturas se traspapelaban. Posiblemente jamás se quedó con un duro, pero el desbarajuste era absoluto".

Desde ese cómodo puesto, Meléndez creció en el PSOE local como concejal a la sombra de Federico Pérez Peralta, otro político profesional vinculado al clan de Alcalá que le permitió hacer un breve paréntesis en su empleo en el ISE para trabajar en la oficina del Bicentenario de la Constitución de 1812.

Pero luego fue designada Susana Díaz y no nombró como consejero a nadie relacionado con el mundo de la tiza sino a Luciano Alonso, que venía de Turismo. Y Alonso se trajo a su gente de Turismo con él.

Y sigue el Diario de Cádiz: "Al frente de Infraestructura y Servicios educativos, uno de los órganos con mayor movimiento de dinero de la Consejería, se puso a José Francisco Pérez, que se dedicó a sanear el organismo. Cayó rápidamente gente que se tenía por poderosa, como la cordobesa que dirigía la Agencia de Evaluación, con cinco millones de euros de presupuesto anual. Las destituciones se deslizaron hacia abajo. En ese proceso ha caído Marta Meléndez. Ya sin padrinos, con un 22,7% de ausencias laborales, Pérez entendió que si él pagaba un sueldo, y pagaba un buen sueldo, Meléndez tenía que trabajar. En caso contrario, su trabajo lo podía hacer otra persona. Ella entendió que su compromiso con la ciudadanía a la hora de acudir a comisiones, celebrar bodas y asistir a plenos era ineludible".

Aún así, Meléndez no irá al paro porque es funcionaria por obra y gracia de aquellas oposiciones en las que mandaba tanto su padre. Y termina Diario de Cádiz con lo siguiente: "No va a pasar un mes sin cobrar. Se le acomoda lo que queda de curso en el Columela -un instituto de Cádiz-, tendrá que concursar el próximo año, ganar lo que gana cualquier profesor y aceptar la plaza que le asigne la jefatura de servicios según los puntos con los que cuente. Como cualquier funcionario".

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