Este martes comienza la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española cuyo gran interés residirá en la renovación de los principales cargos del órgano de los obispos. En primer lugar se deberá elegir al sustituto del cardenal Rouco Varela a cargo de la presidencia y posteriormente al vicepresidente, al resto del Comité Ejecutivo y por último a los presidentes de las distintas comisiones episcopales.
Desde este martes hasta el viernes, los obispos españoles decidirán cómo quieren afrontar los próximos años y si pretenden mantener el rumbo o dar un giro en las formas de cómo presentar la institución a la sociedad.
Cobra especial relevancia esta votación debido a que el cardenal de Madrid ya no podrá ser elegido puesto que no puede repetir un trienio más en el cargo y porque además está a la espera de que el Papa le sustituya en Madrid tras llevar casi tres años con la renuncia presentada por edad.
La ausencia de Rouco Varela en las quinielas abre el abanico de candidatos para la presidencia y los obispos españoles deberán elegir al que será nuevo líder de la Iglesia en España. Para más inri, los obispos votarán con la mente aún puesta en Roma, donde han visitado al Papa Francisco en visita Ad Limina y en la que han podido escuchar por parte del Pontífice las preocupaciones y prioridades para España.
Para estas elecciones podrán votar 80 obispos aunque para el cargo de presidente y vicepresidente no podrán optar los obispos auxiliares por lo que los dos principales cargos de la Conferencia Episcopal serán cubiertos por alguno de los 68 obispos que cumplen estos requisitos.
La votación irá precedida por una votación de sondeo que no es vinculante pero que servirá a los obispos para conocer la tendencia. Y para la elección será necesaria la mayoría absoluta. En este caso sería de al menos 41 votos.
Las quinielas de candidatos
Este relevo generacional con los dos cardenales diocesanos fuera de las votaciones obligará a un importante lavado de cara para los próximos años. Serán obispos que hasta ahora estaban en un segundo plano los que deban dar un paso al frente y ser llamados a responsabilidades más altas. A pesar de la cantidad de candidatos posibles son tres los principales nombres que suenan para suceder al cardenal Rouco en la Conferencia Episcopal. No son otros que tres arzobispos: el de Valladolid, el de Valencia y el castrense. Aunque en la recamara aparecen también los arzobispos de Sevilla, Toledo u Oviedo.
Precisamente es el arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, el que más suena para presidir la CEE. Tiene a su favor dos puntos importantes. Ya ha sido una vez presidente, alternando los mandatos de Rouco, y en estos momentos ostenta la vicepresidencia por lo que si quisieran optar por la continuidad Blázquez aparecería como un obispo que no despierta antipatías entre sus compañeros y tampoco supondría una revolución. Sería una sucesión tranquila pero con un perfil más bajo que el cardenal de Madrid.
En segundo lugar aparece el nombre de Carlos Osoro, arzobispo de Valencia. A sus 68 años parece estar llamado a ostentar cargos más importantes y eso que rige una de las diócesis más grandes de Europa. Este obispo suena para suceder tanto a Rouco y Sistach en Madrid y Barcelona y es uno de los obispos con más carisma que hay en la actualidad en España. Acceder a la presidencia le pondría en una situación privilegiada para ser el nuevo líder de la Iglesia en España.
También se habla de monseñor Juan del Río. Si finalmente fuese el elegido por sus compañeros si que sería una auténtica novedad puesto que sería el primer arzobispo castrense que presidiera la Conferencia Episcopal. Por primera vez no habría un obispo con jurisdicción territorial el que ostentara un cargo. Además, el hecho de ser obispo de militares y de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado podría añadir polémica en un momento en el que el desafío separatista está en la cresta de la ola.
En un segundo plano estarían tanto monseñor Asenjo de Sevilla y Rodríguez de Toledo. Estos dos últimos como los anteriormente nombrados son todos de la misma generación aproximándose ya a los 70 años. Sólo el arzobispo de Oviedo, Sanz Montes sería un rejuvenecimiento al frente de la Conferencia Episcopal.