Mas provoca una pelea a gritos entre dos abogados en un acto empresarial
Emili Cuatrecasas es recriminado por decir que se sentía "español y catalán" al acabar Mas un discurso en un encuentro con empresarios y directivos.
Las relaciones entre los representantes del mundo empresarial y el presidente de la Generalidad atraviesan grandes turbulencias, broncas de fondo y sonados desencuentros. La polémica y la tensión se apoderan de los escenarios que pisa Artur Mas. El último episodio tiene como protagonista principal al abogado Emili Cuatrecasas, increpado por definirse como "español y catalán" y abogar por el entendimiento político. La Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y Deloitte eran las entidades que convocaban el enésimo encuentro entre empresarios, ejecutivos, directivos y/o profesionales con Mas en torno al proceso separatista y sus derivadas en el que tuvo lugar el sonoro incidente. El escenario, el Salón de los Espejos del Liceo de Barcelona.
Tras la bronca de Mas en la penúltima comparecencia de este tipo, en la que arengó a los empresarios, reclamó su apoyo y les instó a actuar como "verdaderos capitanes", el propósito era el de acercar posiciones y suavizar los términos del desencuentro. Sin embargo, Mas no se salió del guión maximalista y del tono imperativo. Llegó incluso a descalificar la apelación al diálogo que recomienda el mundo empresarial y relativizó la importancia de la posición de los empresarios con un notable desdén. En paralelo, su portavoz, el consejero Francesc Homs, comparecía ante la prensa con el mismo argumentario, que el voto de los empresarios vale lo mismo que el del resto de los ciudadanos, que su papel es menor y que la independencia no repara en gastos ni en alertas empresariales.
La bronca en vivo y con Mas como detonante llegó al final. Tras la severa intervención del president, tomó la palabra Cuatrecasas para decir que él se sentía "español y catalán" e instaba a un "entendimiento en paz" entra Cataluña y España. Uno de los asistentes, otro abogado, se encaró a Cuatrecasas y le soltó un sonoro y literal "¿por qué no te callas?". Se trata de Josep Gajo Fortuny, que se refería, según algunas versiones, a la supuesta falta de respeto que habría cometido Cuatrecasas "por hablar después del president". Pese a que la cosa no pasó a mayores, hubo tensión, voces, reproches, insultos, malas caras y peor ambiente.
El trato con el presidente de la Generalidad es cada vez más difícil, alegan los representantes del mundo empresarial. Mas llega siempre el último, renuncia a sumarse a los corrillos, tiende a aislarse y siempre está pidiendo. Los empresarios, por su parte, se lo ponen fácil. Muchos de ellos rechazan las fotos con el president porque no quieren verse identificados con el proceso separatista. En el entorno del líder nacionalista se insiste en que Mas se siente incomprendido y menospreciado en algunos círculos económicos, como si solo fuera un capataz transitorio.
La versión de La Vanguardia, a cargo de Jordi Barbeta, presenta el incidente del Liceo como un ejemplo de la sintonía de fondo entre el ámbito empresarial y la Generalidad. Escribe Barbeta: "Los empresarios y directivos que ayer estaban en Liceu desmintieron la tesis según la cual el mundo económico detesta al president. Le ovacionaron con anécdota incluida. Cuando el acto parecía ya finiquitado, subió Cuatrecasas al atril, para añadir que se sentía español y catalán y que deseaba un entendimiento de Catalunya y España en paz. Y otro abogado, Josep Gajo Fortuny, le amonestó por hablar después del president: '¿Por qué no te callas?'".
La "anécdota", según La Vanguardia, se centra en Cuatrecasas, del que Barbeta afirma: "Emili Cuatrecasas, burgués catalán que acaba de cruzar el Atlántico en barco de vela para celebrar un aniversario y que pasa por ser el abogado más rico de España, arrancó con un discurso exigente con el president: los empresarios no se pueden mojar con el proceso soberanista porque se producirían rupturas en el seno de las empresas que como su bufete tienen su negocio repartido entre Catalunya, el resto de España y el resto del mundo".
La frialdad de la CEOE y Fomento Nacional del Trabajo (la patronal catalana), así como de la banca, la Caixa y el Banco de Sabadell, en relación a la consulta irrita de un modo indisimulado a Mas, que no pierde ocasión para reprochar a los empresarios la falta de apoyo incondicional. De nada le sirve que los empresarios se hayan puesto a su favor en polémicas como la de las balanzas fiscales o que presionen a favor de una financiación diferenciada para Cataluña.
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