Lo admitió este lunes el expresidente de Invercaria, Tomás Pérez Sauquillo, ante el juez. Confesó que informó al Gobierno andaluz de las inversiones que iban a realizarse en 2009 en el operador aéreo Andalus, la empresa del exconsejero José María Martín Delgado. La empresa quería realizar los vuelos Sevilla-Almería y ya por aquellas fechas se encontraba en situación ruinosa. Aún así le inyectaron dinero público con la máxima arbitrariedad.
En un interrogatorio de casi cinco horas, Pérez Sauquillo admitió que sabía que del proyecto de la inversión por parte de Invercaria en el operador aéreo Andalus "tenía conocimiento la Consejería de Innovación, Ciencia y Deporte". En este sentido, el imputado admitió que envió toda la documentación elaborada por el departamento de análisis "al gabinete del consejero de Innovación, Ciencia y Empresa", Martín Soler, que es a su vez el presidente del consejo rector de la agencia IDEA.
Recuérdese, con ABC, que Invercaria otorgó dos préstamos participativos a Andalus, uno de 410.000 euros y otro de posterior de 700.000 euros. Aunque Pérez Sauquillo no especificó ningún nombre, en aquella época el consejero titular de Innovación era Martín Soler, quien accedió al cargo que hasta unos meses antes había ocupado Francisco Vallejo. El propio Martín Soler acudió en el mes de agosto al vuelo inaugural de la compañía entre Sevilla y Almería.
Según la Policía, en dicho año la empresa tenía fondos propios negativos ascendentes a 1.783.741 euros. Pérez Sauquillo dijo que obedeció órdenes del entonces director de inversiones de Invercaria, Manuel Rodríguez y justificó al gasto en que se trataba de una compañía que operaba "en un sector estratégico".
Pero en el atestado policial que elaboró la unidad de Blanqueo de Capitales se subrayaba que el dinero público se aportaba "en una sociedad que desde el primer momento presentaba fuertes pérdidas" y con la única intención de "satisfacer posiciones estratégicas y políticas" causando "un perjuicio grave para las arcas públicas".
Según el expresidente de Invercaria, la finalidad del préstamo participativo a Andalus "no era cubrir pérdidas o atender a desequilibrios financieros, sino posibilitar una línea aérea de enlace Almería-Sevilla con todo lo que ello conlleva". Además centró la responsabilidad en su director de Inversiones, porque nunca le hizo hincapié sobre que Andalus fuera "un proyecto inviable".
También negó que hubiera desconfianza con la viabilidad de la empresa, recalcó que tenían "relaciones fluidas con la Consejería" para las gestiones de la nueva ruta Sevilla-Almería, y señaló que estas conversaciones estaban "encaminadas" y "no eran una utopía".
Además, admitió también que el expresidente de la citada línea aérea, Fernando Guerrero (que está citado este martes por el juez) tenía "un sueldo excesivo". Según consta en el atestado policial 167.500, entre sueldo (125.000 euros anuales) y 42.500 por objetivos conseguidos. Según su ex presidente, Invercaria "ha dado mejor resultado que la media de las empresas de capital riesgo de España" pues, según los expertos, "en materia de capital riesgo, de diez proyectos solo uno suele ser rentable".