El pasado 6 de febrero, un grupo de unos 200 inmigrantes intentaron asaltar la frontera española de Ceuta, en una trágica madrugada en la que fallecieron al menos 11 irregulares en el lado marroquí de la playa de El Tarajal. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, confirmó que 23 de los miembros de ese grupo consiguieron poner pie a tierra en la parte española de la playa, donde fueron neutralizados por agentes de la Guardia Civil.
Durante su comparecencia en la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados, explicó que los agentes procedieron a entregarlos de manera inmediata a las autoridades marroquíes, sin aplicarles los cauces que indica la ley de extranjería, lo que algunos grupos de la oposición calificaron como una "devolución en caliente" que contraviene la legislación española y europea en esta materia.
Sin embargo, el ministro explicó que cuando los inmigrantes cruzan la línea marítima que separa Ceuta de Marruecos a nado, no se interviene mientras están en el agua, para no poner en peligro su vida, sino que se espera a que pisen tierra firme para repeler su intento de entrada ilegal en nuestro país. En ese momento, se hace una separación entre lo que se denomina frontera geográfica y jurídica, y se considera sólo que han entrado en España si consiguen burlar la acción de los agentes que están protegiendo esa zona fronteriza en el momento de los hechos.
De este modo, si los inmigrantes superan esa línea de disuasión de los agentes, se les debe expulsar del país con los trámites que se recogen en la Ley de Extranjería. Si son detenidos en ese momento, pueden ser entregados inmediatamente a las autoridades marroquíes sin que se considere una "devolución en caliente" y se vulnere la ley.
Jorge Fernández Díaz explicó que este "concepto operativo" se consolidó en 2005, con el PSOE en el Gobierno del nación y fue defendido en la misma comisión de la Cámara Baja por el entonces secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, y desde entonces se ha mantenido "inalterable hasta la fecha".
En esta línea, explicó que este mismo concepto se emplea también con la valla fronteriza. La misma está dentro de territorio español, y no exactamente en la línea fronteriza, de modo que si la legalidad se basase en entrar únicamente de forma geográfica en España sería suficiente con que los inmigrantes irregulares tocasen el exterior de la vaya para considerarse que han entrado en España.