Don Juan Carlos intervino este miércoles en Lisboa en el IX Encuentro Cotec Europa, acompañado por los presidentes portugués, Anibal Cavaco Silva, e italiano, Giorgio Napolitano. En su intervención, el monarca advirtió sobre la importancia de la reindustrialización en el sur de Europa para luchar contra el paro y animó a conseguir "una financiación más competitiva, especialmente para las pymes", así como a mejorar el acceso a los mercados internacionales.
El Rey volvió a utilizar la lengua de su infancia pues el portugués es una lengua que maneja a la perfección. Nació en Roma y se educó en Estoril, Friburgo y Madrid. Al Rey le costó dominar el español de niño y sus educadores dicen que mantenía en el acento la clásica erre francófona y un buen lío de idiomas en su expresión escrita. En noviembre de 1948, Juan Carlos llegó a Madrid procedente de Estoril en el Lusitania Express para educarse definitivamente en España al amparo de Franco.
En vacaciones volvía a la que era su casa en Estoril con sus padres y hermanos, 'Villa Giralda', en la avenida de Londres, residencia los Condes de Barcelona hasta 1982 y muy cerca del colegio Amor de Deus, donde cursó sus estudios. "Espanha é a minha pátria, Portugal o meu país (España es mi patria, Portuga mi país)", es una frase, en portugués, recurrente del Rey cuando se refiere a Portugal y a su infancia en el país vecino. La última vez que la pronunció públicamente fue en 2008, en un acto en Madrid en el que coincidió con la cantante de fados Susana María Alfonso de Aguiar, conocida como Mísia. Tras escuchar la interpretación del fado Que fazes ai Lisboa, en la entrega de los Premios Internacionales de Periodismo Rey de España, el Rey evocó sus años en Portugal. Una etapa en la vida del monarca que es utilizada como reclamo publicitario por el lujoso hotel Atlántico Estoril.
La visita del Rey a Lisboa para intervenir en este noveno foro europeo de Cotec es el primer viaje oficial al extranjero que realiza desde su última operación de cadera, a la que se sometió el pasado noviembre, y ha permitido comprobar la marcha de su paulatina recuperación física.
El monarca se ayudó en sus movimientos con una muleta, de la que se desprendió para posar ante los medios gráficos. Tras el discurso ha asistido junto a Napolitano al almuerzo que les ofreció su anfitrión en un edificio anexo.
Antes del almuerzo, al que acudieron unos 400 invitados, entre ellos 45 empresarios españoles y media docena de ministros portugueses, don Juan Carlos -que lucía en la solapa la insignia del gran collar de la espada y la torre, máxima condecoración portuguesa, que le fue concedida en 2000- mantuvo un breve encuentro con investigadores españoles que trabajan en Portugal.
Tras el almuerzo, Juan Carlos regresó a Madrid, donde ya se encuentra desde anoche la Reina, quien volvió después de asistir a la cena ofrecida por Cavaco Silva en el Palacio de la Ciudadela de Cascais -en el primer viaje al extranjero en que ha acompañado al Rey desde la Cumbre Iberoamericana de Asunción en octubre de 2011- para cumplir una agenda de audiencias privadas en la Zarzuela.
No sabemos si fue precisamente por su desenvoltura en portugués, pero lo cierto es que el Rey no tuvo los problemas de dicción que mostró en la Pascua militar, el pasado día 6 de enero, en su reaparición pública tras las dos últimas operaciones de cadera.
En su discurso ante empresarios y autoridades de España, Italia y Portugal, puso el énfasis en la importancia de la reindustrialización "para la revitalización de las economías, la lucha contra el paro y el aumento de las exportaciones", ya que los países europeos más industrializados son los que mejor han afrontado la crisis y han sufrido en menor medida el desempleo.
Y para "impulsar una positiva reindustrialización a nivel europeo" es preciso "promover la innovación", continuar mejorando "los conocimientos y habilidades de los trabajadores", conseguir "una financiación más competitiva, especialmente para las pymes", y "avanzar en el mercado interno de la UE y en el acceso a los mercados internacionales", argumentó el Rey.