Los españoles que se definen como votantes de centro derecha sólo han tenido una opción a la que votar en los últimos 25 años -al menos, a nivel nacional-: el PP. Pero el asesor en campañas electorales José Luis Sanchís, y el periodista y consultor político Luis Tejero, señalan en El Mundo que Vox, el partido de Abascal, Ortega Lara o Vidal-Quadras, puede transformar el reparto de poder en los próximos años.
Excluyendo a formaciones nacionalistas como CiU o el PNV, la última vez que alguien arañó votos a los populares desde posiciones conservadoras fue Adolfo Suárez en 1989, cuando su CDS cosechó entonces 1,6 millones de sufragios y 14 escaños. Escriben los autores que si bien es cierto que UPyD se ha nutrido de algunos votos del centro derecha, hasta el momento no han sido suficientes para amenazar la hegemonía popular entre ese sector de la población. Afirman que la situación privilegiada del PP podría tener fecha de caducidad gracias a Vox.
¿Puede alterar Vox ese predominio del PP? Recuerdan Sanchís y Tejero que el partido de Ortega Lara aspira a captar la atención de los ciudadanos más sensibles con las cuestiones de la soberanía nacional y la lucha contra ETA. Recuerdan que la nueva formación se define como "de centro derecha, moralmente conservadora, económicamente liberal y moderada en sus planteamientos".
Por tanto, previsiblemente intentará persuadir a aquellos votantes que, en una escala ideológica del cero al diez, se ubican a sí mismos en un rango desde el seis hacia la derecha: casi una quinta parte de los españoles, de acuerdo con el barómetro del CIS del pasado diciembre.
Una estrategia exitosa podría darle al partido de Ortega Lara entre un 3 y un 5% de los votos a nivel nacional. En el primer caso, seguramente entraría en el Congreso, aunque no alcanzaría más de uno o dos escaños debido al tamaño de las circunscripciones y al reparto que establece la Ley D'Hondt. Aún más relevante, ese hipotético resultado podría provocar que el PP perdiera, quizás, una decena de diputados respecto a las previsiones actuales, que ya le restaban alrededor de medio centenar de parlamentarios respecto a las elecciones generales de 2011.
En el otro escenario más optimista para Vox -5%-, los de Ortega Lara ocuparían probablemente de tres a cinco escaños y favorecerían una caída del PP en torno a los 15 diputados.
Finalmente, los autores señalan que es pronto para pronosticar lo que ocurrirá en unas elecciones que aún no están convocadas y para las que todavía no hay candidatos declarados: "Puestos a barajar hipótesis, podría incluso darse la situación de que Vox tuviera que conformarse con un respaldo casi simbólico en las urnas, en torno a un 1%, lo que supondría un fracaso similar al que protagonizaron Miquel Roca y su Partido Reformista Democrático -PRD- frente a Manuel Fraga, en 1986".