Era el primer acto oficial del Rey Juan Carlos fuera de Zarzuela desde su operación y la expectación era grande para comprobar el estado de salud del monarca. Sin embargo, los peores augurios se han confirmado y durante el discurso se ha podido observar de manera clara el precario estado físico en el que se encuentra.
Llegó con muletas moviéndose con gran dificultad pero fue en su discurso cuando los presentes se percataron de que el Rey prácticamente no pudo terminar su alocución.
Difícilmente se le podía entender lo que decía pues en varias ocasiones balbuceaba y se atropellaba hablando. Visiblemente fatigado, el Rey incluso se equivocó varias veces en su discurso. Por ejemplo, llegó a hablar de familia cuando debía decir milicia.
Sus titubeos provocaron la atención de todos los presentes, que temían que no pudiese acabar sus palabras. De hecho, en varias ocasiones tuvo que hacer grandes pausas para coger aire ante la dificultad para seguir con la lectura.
Igualmente, el jefe del Estado estuvo en todo momento apoyado sobre las dos manos en el atril en la que ha sido la Pascua Militar más corta de su reinado. Y es que, durante el discurso del ministro Morenés tuvo que permanecer sentado.
Ante esta situación, y viendo que los medios de comunicación resaltaban el estado del Rey, fuentes de Zarzuela han achacado este comportamiento a la falta de luz en el atril en el que dio el discurso el Rey, lo que le habría dificultado su lectura.