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'El Mundo' responde al "gran filtrador" Montoro; 'El País' no

Tras las acusaciones casi directas de Montoro a los medios, los principales aludidos responden de forma muy distinta, llamativamente distinta.

El Mundo carga muy duro desde la portada, dándole al asunto el principal de sus titulares: "Montoro difama y coacciona a los medios críticos con Hacienda". Acompañado de foto del ministro y, atención, certificado de la propia Agencia Tributaria demostrando que "El Mundo no le debe nada a Hacienda", como pone el pie de foto-titular bajo el documento.

También se le dedica un durísimo editorial sobre "la inadmisible conducta de un ministro mendaz" en el que se pueden leer términos como "incontinencia verbal", "difamación", "bochornosa intervención", "gansteril"… En fin, lo que se merece un Montoro que parece haber enloquecido definitivamente, amén de haberse dejado atrapar del todo por el lado ya no oscuro sino siniestro.

Por si no es suficiente Victoria Prego le dedica una serie de mamporros en forma de columna en la que lo llama "el primer filtrador del Reino" y asegura que "no se pueden decir más barbaridades en menos tiempo". No tientes a la suerte, Victoria, que este es capaz de eso y de más.

En El País, por el contrario, el asunto no aparece en portada, dedicada a la guerra en Siria y a una empresa que se va a Duisburgo –temas candentes, sobre todo el segundo- y hay que irse a la página 23 para encontrar una plana dedicada al asunto. "Montoro señala a los medios", dice el lacónico titula. Coño, Javier Moreno, que no atacaba a "los medios", os atacaba a vosotros, a El Mundo y a dos más.

Debe ser por eso de que no se han sentido por aludidos que no le dedican un editorial al tema, o quizá porque estaban ocupados por dos cuestiones sobre las que el análisis no podía esperar: lo de los guardias de seguridad y la nueva ley de Fernández Díaz y los saqueos en Argentina. Sí se le dedica una columna, pero claro, si en lugar de la Prego la escribe Vidal-Folch

ABC dedica una colorida portada a las "mentiras del nacionalismo catalán", un amplio reportaje sobre la descacharrante campaña des-informativa de CDC sobre el idílico futuro que le espera a una Cataluña independiente.

En el interior se editorializa sobre el asunto y sobre "la mentira como método" y el "voluntarismo" de la campaña, que sería "pueril si no fuera porque el disparate lo propone el partido que gobierna en Cataluña y aspira a dirigir el Estado catalán".

La Razón dedica el día a darse a sí misma los premios Alfonso Ussía, con portada casi completa para este asunto y doce páginas en el interior con información y fotos pormenorizadas del acto. Igual, sólo igual, se les ha ido un poco la mano con la importancia informativa del evento.

Con lo que no hay ninguna duda sobre si se les ha ido la mano es con una información presentada de una forma, digamos, vomitiva. En portada leemos un sorprendente titular: "La audiencia controla a una víctima que planeó asesinar a un etarra". Ya en el interior nos llama la atención que la palabra 'controla' aparece entrecomillada: "La audiencia 'controla' a una víctima que planeó asesinar a un etarra", pero lo que es inaudito es el meollo del asunto, que no es un seguimiento policial como claramente dan a entender los titulares, sobre todo el de portada, sino que la víctima "comparece periódicamente ante los forenses del tribunal de forma voluntaria". Un tratamiento periodístico, en suma, que podríamos esperar de los peores días de Público o en el más sórdido El País, pero que sorprende mucho en el periódico de Planeta.

El La Gaceta han querido rescatar una figura que estos días ha pasado completa e injustamente desapercibida: "De Klerk, el gran olvidado", en referencia al presidente sudafricano que fue, como mínimo, igual de responsable que Mandela de la transición del país.

El editorial –con llamativa y repetida errata- es para este asunto y recuerda que De Klerk "fue quien desmontó desde dentro el apartheid. Jugando un papel clave en el proceso de democratización de Sudáfrica". Y una obviedad: "Hoy, Mandela, no sería ni la mitad de lo que es considerado en el mundo entero, si De Clerk (sic) no hubiera actuado como lo hizo. Los reconocimientos que ambos recibieron juntos –en referencia a los premios Príncipe de Asturias y Nobel que ganaron- así lo demuestran".

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