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UGT-A ingresaba sus comisiones haciéndolas invisibles para el Banco de España

Por medio de cheques bancarios inferiores a 3.000 euros, para no tener que comunicarlo a Hacienda, el sindicato cobraba las comisiones.

Entre 2010 y 2011, en los años más duros de la crisis, la caja de UGT-A llegó a ingresar cerca de 615.000 euros en comisiones a través de 21 empresas distintas con las que estableció acuerdos para ir acumulando "botes". Pero los dirigentes de UGT-A no sólo engañaron a la Junta de Andalucía endosándole facturas falsas para justificar ayudas.

Durante la etapa de Manuel Pastrana (1998–2013), en la que el dimitido Francisco Fernández Sevilla era secretario de organización y Federico Fresneda, vicesecretario e Administración y Personal, utilizaron la técnica del "pitufeo" -dividir los ingresos por cuantías inferiores a 3.000 euros -, de modo que no fueran detectados por el Banco de España.

Cuenta ABC que el día 30 de enero de 2008 una de las cuentas que UGT-A posee en un banco registró ingresos por una suma de 46.400 euros procedentes de Karonte Nuevos Desarrollos (KND) SL. Los abonó a través 16 cheques bancarios con una cantidad idéntica, de 2.900 euros cada uno, siempre menores a 3.000 euros. Esta empresa radicada en Jaén, a la que encargaba la edición de material didáctico para sus cursos de formación y guías de prevención de riesgos laborales, hizo los 16 ingresos el mismo día en una sucursal de la capital sevillana situada a escasa distancia de la sede regional del sindicato.

Esta es una de las entregas de 2.900 euros:


Como puede comprobarse, no hay concepto en las entregas de dinero. La razón es que hasta enero de 2010, los bancos y cajas no tenían la obligación de comunicar a Hacienda las operaciones inferiores a los 3.000 euros realizadas con cheques, que podrían ser consideradas de "riesgo de fraude fiscal". UGT Andalucía organizaba los pagos justo por debajo del máximo permitido.

El gerente de la KND, Miguel Ángel González, no ha querido explicarlo y dijo no acordarse, pero admitió que pagaba comisiones o rápeles a UGT-A mediante un acuerdo comercial para devolverle, a través de los rápeles, un porcentaje de las facturas que el sindicato presentaba ante la Administración. "Nos propusieron este sistema de trabajo y no tuvimos mayor reparo. Hemos actuado en la creencia de que era legal. Lo que UGT haga con la Junta no entra en nuestro ámbito", esgrimió.

El Mundo publicó a finales de octubre que UGT Andalucía ideó un sistema de ingeniería contable para financiarse con fondos públicos. Para ello utilizaba distintas técnicas: el maquillaje de facturas, el cobro de "mordidas" a sus proveedores habituales (descontando un porcentaje de entre el 3 y el 30 por ciento de importe facturado) y el saldo o "bote" (el término que emplea el sindicato) que obtenía de algunas empresas inflando el precio real de las compras o servicios que contrataba. El sindicato puso por escrito su "modus operandi" en un Manual de Procedimientos de 45 páginas.

También está el extraño caso de la devolución de las bases imponibles de las facturas que hasta ahora no ha sido aclarado, aunque consta, con ese nombre, en algunas de las facturas en poder de Libertad Digital.

UGT cobraba comisiones por diferentes conceptos, por cursos de formación, montaje de actos, viajes, estancias, compra de pancartas, material de oficina, servicios de limpieza, diseño de congresos, viajes organizados y hasta por la megafonía de las huelgas generales.

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