Decidieron vivir su vida juntos y entrar en ETA juntos. Ignacio Fernández de Larrinoa Pérez de Luco y Miren Gotzone López de Luzuriaga Fernández es un matrimonio que también decidió asesinar unidos de la mano. Ambos fueron condenados a 178 años por dos asesinatos, un asesinato frustrado y atentado con muerte.
Integrantes del grupo Araba de ETA, su primer trabajo conocido para ETA tuvo lugar durante el verano de 1987. Ayudaron a otros terroristas de ETA en la preparación de un atentado con coche-bomba. El atentado se consumó el 6 de agosto de ese año, en plenas fiestas de la Virgen Blanca y perdieron la vida dos policías nacionales: Antonio Ligero Hec y Rafael Mucientes Sanz.
Su currículum sangriento se inició el 27 de marzo de 1988. Asesinaron a tiros en Salvatierra (Álava) al general retirado Luis Azcárraga Pérez Caballero, cuando salía de misa con su esposa y varios de sus hijos. La pareja efectuó cuatro disparos a quemarropa y posteriormente lo remató con un tiro en la sien. Los etarras obtuvieron toda la información sobre su víctima gracias a que la madre de Miren Gotzone López de Luzuriaga era vecina de Pérez Caballero.
Días después, dieron cobijo a los terroristas de ETA que asesinaron el 15 de abril de 1988 en Vitoria a dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía: Antonio Gómez Osuna y Francisco Espina Vargas, a los que llevaron hasta una estrecha calle del casco viejo de la capital alavesa gracias a un falso aviso a la comisaría de Policía. Fueron condenados en calidad de encubridores.
En septiembre de 1989, la pareja fue detenida en Salvatierra en una operación antiterrorista de la Guardia Civil. Los investigadores sospechan que también ayudaron a la banda terrorista en el intento de masacre con coche-bomba que ETA había intentado llevar a cabo en Llodio (Álava) en julio de ese año con la casa-cuartel del Instituto Armado como objetivo.