El Fiscal General del Estado ha pedido una reforma urgente de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Durante una conferencia en el Club Siglo XXI de Madrid, cuyo presidente Eduardo Zaplana le ha presentado, Torres Dulce ha recordado que todas las leyes procesales han sido renovadas desde que se aprobó la Constitución en 1978 "menos ésta". El jefe de los fiscales ha pedido "un proceso penal de nueva planta" porque así lo requieren, ha dicho, "las cifras de la delincuencia y su sofisticación" y una "sociedad profundamente desmoralizada" ante "los delitos comunes, la corrupción política y los llamados delitos de cuello blanco".
El diagnóstico de Torres Dulce no se queda ahí, sino que añade que la vida procesal española está "hiperjudicializada y sufre una gran injerencia política". Como ejemplo de lo primero ha destacado los ochocientos mil juicios de faltas que se celebran anualmente en España "un esfuerzo desproporcionado". Tampoco los medios de comunicación se han librado de sus reproches: "la extensión de los juicios paralelos en los medios está produciendo un desapoderamiento del poder judicial".
Dentro del cambio profundo que Torres Dulce pide en la Ley de Enjuiciamiento Criminal "muy compleja y que no se puede sencillamente poner negro sobre blanco en el BOE" el Fiscal General del Estado considera "inaplazable" reformar el estatuto del imputado porque "lo que nació como un derecho se ha convertido en un título infamante que se arrastra aunque haya sobreseimientos". Precisamente lo que atañe a la fase de instrucción ha sido objeto preferente de su conferencia, en la que ha señalado que si en la misma participa tanta gente como quiere la reforma planteada por Justicia "será el camarote de los hermanos Marx".
Para Torres Dulce el protagonismo de las unidades de delitos fiscales y de la propia Policía es excesivo en esa fase, por lo que pide que no se tenga miedo "a que jueces y fiscales dirijan la instrucción" precisamente el modelo de Portugal que, asegura, se está imponiendo en Europa. Eso sí, ha dicho que con los actuales 1.700 fiscales no daría para este cambio tan profundo de la fase de instrucción que, ha concluido, "no se puede convertir en una causa general ni alargarse indebidamente en el tiempo"
Sobre uno de los temas más manidos cuando se habla de Justicia, el de su necesaria modernización informática, Torres Dulce ha sido tajante: "estamos en Atapuerca en términos tecnológicos".
Un instructor ocupado con riñas vecinales
Tras la conferencia, a la que también ha asistido la alcaldesa de Madrid Ana Botella, ha tenido lugar una cena coloquio. En un momento de la misma ha tomado la palabra el juez instructor del caso Madrid Arena, Eduardo López-Palop, quien ha ejemplificado con su caso alguno de los problemas que tiene este tipo de magistrados, desbordados por los delitos de faltas "qué sentido tiene que yo tenga que dedicar dos días de la semana a dilucidar si fue la vecina del tercero la que insultó a la del segundo o al revés". La respuesta del Fiscal General no ha podido ser más contundente: "expulsemos las faltas de la jurisdicción penal"
Preguntado por otros asuntos de actualidad Torres Dulce se ha mostrado cauto sobre el nuevo reparto en el poder judicial "todas las formas son buenas, malas o regulares según a quién se elija y cómo se comporte" expeditivo sobre la polémica de los pinchos en la verja de Melilla "si las cosas son como se me está diciendo obviamente la fiscalía tendría que intervenir" y un poco enigmático sobre la Ley de Seguridad ciudadana que última el Ejecutivo "en principio es un borrador, pero como principio me parece bien el orden, pero no demasiado orden"