No hay dudas en la prensa andaluza. Susana Díaz se ha hecho con todo el poder en el PSOE andaluz, algo que no ocurría desde hacía mucho, casi desde los tiempos de Alfonso Guerra. La medida que lo evidencia es la eliminación de la vicesecretaría general que José Antonio Griñán entregó a Mario Jiménez, hasta entonces portavoz parlamentario. Con esta decisión, la secretaria general desde el próximo sábado, fecha del congreso que la entronizará, elimina cualquier tipo de cortapisa a su poder.
Nada de números dos sino un supernúmero uno, ella misma, y debajo, como meros números sin adjetivos, la Comisión Ejecutiva. Por si fuera poco, recupera la figura de Zapatero, que tendrá un papel en el Congreso de Granada. De hecho, Díaz ha dicho a los siete dirigentes provinciales: "Yo voy a dirigir el partido".
Mario Jiménez que, según El País, ha sido bastante leal a Díaz, volverá a ocupar su puesto en la portavocía parlamentaria del PSOE de Andalucía, siendo eliminado, pues y además, del puesto que parecía cocerse en la Ejecutiva Federal a instancias de Griñán y de su puesto de senador que consiguió hace apenas dos meses, lo que indica cierta improvisación. De este modo, ya no elaborará el discurso político del partido, donde ha cometido no pocos excesos y errores y dejará la coordinación interna del PSOE, tareas ambas que asumirá la nueva secretaria general.
ABC se pregunta por la figura del futuro secretario de organización y anota que será alguien sin proyección exterior, por lo que podría ser el mismo que ocupa ahora tal responsabilidad, Juan Cornejo, un completo desconocido.
De todos modos, el problema sigue siendo que el PSOE ha perdido 15.000 afiliados en sólo dos años. Aunque el censo de militantes del 29 de junio pasado -45.733- fue inferior al censo aprobado por el congreso regional extraordinario de los días 23 y 24 en Granada, -46.675 afiliados-, todavía se está bien lejos de aquellos 60.000 que en el congreso regional extraordinario de 2010 aceptó a José Antonio Griñán. Pero dos años después, el partido estaba dividido y la dirección abandonaba los tradicionales apoyos a la búlgara para quedar en un 66 por ciento de aceptación.
Susana Díaz ya ha recuperado para el PSOE andaluz la voz cantante en el concierto nacional y se espera que consiga la unidad interna de la mayor federación socialista de España. De momento, Rubalcaba no tiene más remedio que aceptar su potencia porque, de hecho, se sostiene gracias al PSOE andaluz.
Un congreso para aupar a Díaz
Aunque se celebra en Andalucía, el congreso que encumbrará a Susana Díaz tendrá resonancia nacional por decisión de la propia protagonista. El primer hecho que así lo asevera es la presencia del marginado José Luis Rodríguez Zapatero en el congreso, lo que asegura una expectación específica tras las memorias de su ministro de Economía, Pedro Solbes, que describe cómo se mintió a los ciudadanos españoles para ocultar la gravedad de la crisis de 2008 dada la inminencia de la contienda electoral y que confiesa, ahora, que se arrepiente de haber sido ministro de Zapatero.
Son pocos los medios que no han sido víctimas de la "atracción fatal" diseñada por Susana Díaz y su equipo, Incluso El País, más amigo de Rubalcaba, reconoce que "desde que comenzó su escalada para la presidencia de la Junta de Andalucía, en el mes de julio, en todos los actos protagonizados por Susana Díaz (Sevilla, 1974) han tenido que colocar el cartel de No hay billetes. En el congreso extraordinario del próximo fin de semana, también. El lema que reunirá a 2.500 personas en el palacio de Congresos de Granada entre invitados, delegados y medios de comunicación, bien podría ser ese, pero Díaz quiere en ese cónclave dar un mensaje claro: el de la unidad del partido, una cohesión que se propone exportar al resto del PSOE federal, tras la bocanada de aire que ha supuesto para los socialistas de toda España la Conferencia Política."
De este modo, los secretarios generales de todas las regiones han confirmado su asistencia. También estará la dirección de Izquierda Unida, socio de su gobierno en Andalucía. No faltarán, como es costumbre, los secretarios generales de los sindicatos UGT y CC.OO e incluso el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía, De hecho, como expresa El Mundo, el interés está en saber "quien no viene".
Serán 778 los votos que aprobarán el informe de gestión del saliente Griñán y la elección de la nueva secretaria general. Será el momento para ver si los críticos, muy poderosos en tiempos de Griñán, siguen teniendo algo de fuerza en la nueva singladura socialista o han sido integrados por el reparto de puestos diseñado por Díaz.
Para demostrar su afinidad con las ideas de Zapatero y Carme Chacón, el ex presidente intervendrá en la sesión de inauguración del Congreso junto a Elena Valenciano mientras que Alfredo Pèrez Rubalcaba lo hará en la clausura.