"Socialistas ¡conectamos!", con este alegre eslogan presenta el PSOE su conferencia política del fin de semana con el objetivo de que de allí salga un nuevo PSOE. Un PSOE con un líder indiscutible, un PSOE con un proyecto, un PSOE con ideas. En definitiva: un PSOE.
Para ello, Alfredo Pérez Rubalcaba ha ideado un programa de actividades que despertaría la envidia de cualquier casa 'okupa'. Debates sobre Laicidad, Medio Ambiente, comisiones que estudien el estado del bienestar, el modelo de partido, la economía, la reforma local. Habrá hasta un Foro Globalización y un Foro Igualdad.
La conferencia política fue presentada ante la prensa el lunes por el secretario de Organización, Óscar López, quien tuvo el detalle de avisar de que el vídeo promocional que les endosó a los periodistas era corto. Era cierto. López se esforzó en explicar el críptico lema de la conferencia "Socialistas ¡conectamos!" -o viceversa-. Vino a decir que el PSOE ha aprendido de sus errores y que "los socialistas queremos volver a conectar con la ciudadanía". Para ello, el PSOE ha cambiado "de actitud" y está escuchando a la gente "hacia dentro y hacia afuera", especificó la secretaria de Participación, María González Veracruz, se supone que en referencia a encabezar todas las manifestaciones y protestas callejeras contra todas las leyes y medidas del Gobierno del PP.
Rubalcaba quería tenerlo todo atado y bien atado. Para ello ofreció a la presidenta andaluza, Susana Díaz, que ha manifestado cierta tendencia a sacar los pies del tiesto, que presidiera la conferencia. Ella ha declinado amablemente el ofrecimiento porque ello reduciría su papel a mera presentadora de los intervinientes y dar y retirar la palabra, según informa Pedro de Tena. Y la presidenta andaluza no quiere ser mujer florero, quiere hablar. Y ser oída. Esto ha causado una gran inquietud en Rubalcaba. Según informa Vozpopuli, el líder socialista negocia con la andaluza para que ésta no le "cante las cuarenta" en su intervención y se lleve todos los titulares.
Otra china en el zapato de Rubalcaba es el asunto de las primarias. Rubalcaba no quiere ni oír hablar de ellas y pretende contra viento y marea que no se aborde durante la conferencia, aunque no se hable de otra cosa dentro y fuera del partido. Esta misma semana, Patxi López y Emiliano García-Page se apresusaron a dejar claro que no le harían ascos a liderar el partido. Madina, en su línea, ni que sí ni que no ni todo lo contrario. Y Chacón se ha pasado por Madrid para tocar, aunque con cuidado, las narices al jefe. Para colmo de males, un CIS demoledor con Rubalcaba y el PSOE ha venido a dinamitar la estrategia de Rubalcaba.
Pese a la cantidad de temas de calado y profundos asuntos que tratará la conferencia en horas y horas de debate, foros y comisiones, ninguno trata, con la que está cayendo, del modelo territorial que defiende el PSOE. El espinoso asunto está recogido en un parrafito -apartados 28 y 29- dentro de la Ponencia de 386 páginas en el que sólo dice generalidades, como que el sistema autonómico se ha quedado obsoleto y es preciso "actualizarlo y perfeccionarlo desde una perspectiva federal" para conseguir un "Estado más eficaz, más democrático y más integrador". Rubalcaba quiere evitar que la conferencia acabe en una nueva bronca con el PSC. Está por ver si lo conseguirá.
Y por si no había suficientes nubarrones en el cielo de Rubalcaba, a última hora se ha sumado Garzón, que también quiere hablar en su conferencia. Dice El Confidencial que la idea de la carta la planearon la ex de IU Rosa Aguilar y Elena Valenciano en julio. En principio, Rubalcaba le ha dado la bienvenida al hijo pródigo y traidor. Pero las cámaras pueden estar más pendientes del recibimiento que le dé Felipe González al exjuez, después de que éste hiciera lo posible por meterle en la cárcel cuando era presidente. Y eso no se perdona fácilmente.