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España dispara el número de erasmus en plena crisis

Nuestro país es el que más erasmus envía. Un 23% más que en 2010. También es el principal receptor de universitarios europeos acogidos al programa.

Nuestro país es el que más erasmus envía. Un 23% más que en 2010. También es el principal receptor de universitarios europeos acogidos al programa.
Estudiantes de Erasmus a las puertas de la facultad de la Universidad de Roma | EFE/Rubén Caramazana

El revuelo formado por la modificación de los requisitos para obtener una beca Erasmus ha sido proporcional a la importancia y gusto que este programa suscita entre los universitarios españoles: España es el país que más alumnos erasmus envía, tanto a estudiar como a realizar periodos de prácticas, seguido de Alemania y Francia. Este hecho es especialmente llamativo si tenemos en cuenta la población de estos países y la renta per cápita de sus habitantes: España, 47,27 millones de habitantes en 2012 con una renta media de 22.300 euros; Alemania, 81,89 con renta per cápita de 32.600 y Francia, 65,7 millones de habitantes con una renta de 31.100.

La crisis no ha desanimado a los estudiantes patrios a marcharse fuera a través de este programa, a pesar de que la mayoría de los gastos los sufragan las familias. Es más, desde que comenzaron los recortes, en mayo de 2010, el número de becarios ha ido creciendo cada año. Si en el curso 2010/11, hubo un total de 36.183 alumnos (sumando a estudiantes y becarios en prácticas) que se marcharon fuera, la previsión para éste superaba los 44.000. Es decir, en tres años ha habido un 23% más de erasmus, según el Ministerio de Educación.

Los últimos datos proporcionados por Eurostat son del curso 2011/2012 y revelan que España envió, tanto a estudiar como a realizar periodos en prácticas, a 39.545 alumnos, seguida de Alemania (33.363) y Francia (33.269).

Y es que el problema reside precisamente ahí, en tanto en cuanto las becas Erasmus son unas becas europeas, donde el grueso de la ayuda a repartir proviene de la UE, y que el Gobierno gestiona a través del Organismo Autónomo de Programas Educativos Europeos (OAPEE). Los fondos que Europa destina a cada país dependen casi exclusivamente de su número total de universitarios y no de cuántos participan en ese programa. Por tanto, la beca de la UE para los alumnos españoles es muy inferior a la que perciben los estudiantes de otros países.

De esta forma, tal y como informó Libertad Digital el pasado martes, la beca de la UE por estudiante erasmus ha descendido desde 186 euros en el curso 2008/09 a 110 en el curso 2012/13, a medida que aumentaba el número de beneficiarios. Mientras, en otros países con menor número de erasmus estas cuantías pueden ascender a los 400, 800 o incluso casi 1.000 euros al mes.

Cómo se divide la beca en España

Es por este motivo que en España, tanto el Gobierno como las comunidades autónomas, y en algún caso las propias universidades, aportan dotaciones complementarias. Estas aportaciones no existen en la mayoría de los países, que sólo cuentan con la beca de la UE. Por tanto, en nuestro país las ayudas se dividen en tres bloques:

  • El componente básico y principal de la ayuda, que es el que corre a cargo de la UE y en el que nuestros estudiantes salen perjudicados por la forma de reparto antes mencionada (110 euros en 2012).
  • Las ayudas complementarias otorgadas por las autonomías (algunas las han retirado y otras, como Andalucía, dan 250 euros al mes).
  • Y la parte del Gobierno, que tenía dos componentes: uno lineal para todo el mundo (100 euros) y uno adicional para los alumnos con menos recursos (85). Como consecuencia de estas limitadas cuantías, 4.000 estudiantes renunciaron el pasado curso a la beca que ya tenían concedida al no poder permitirse sufragar sus gastos en el extranjero, según señaló el departamento que dirige José Ignacio Wert. Hay que reseñar, además, que estas ayudas no suelen llegarle al estudiante de manera puntual, sino, en muchos casos, cuando éste ya está de vuelta en España, por lo que el desembolso inicial que debe realizar es importante.

Cuando el Ministerio recibió la previsión de erasmus para este curso no le salieron las cuentas: la aportación repartida de forma lineal habría sido de unos 40 euros al mes a cada uno y no habría habido recursos para una dotación complementaria a los perceptores de una beca general. De ahí la polémica medida, luego rectificada con carácter excepcional para este curso: se decidió concentrar los recursos disponibles en los estudiantes con una situación económica más desfavorecida de manera que pudieran percibir entre 250 y 300 euros. Pensaron que el hecho de quitar esos 100 euros al mes a un estudiante de familia con recursos no le iba a frenar a la hora de participar en el programa y, en cambio, el retirar esa dotación adicional a un alumno más desfavorecido económicamente sí le habría impedido marcharse fuera y renunciar a la beca.

Así se lo explicó este miércoles el número tres de Wert, el secretario general de Universidades, Federico Morán, a Laura Zornosa, la estudiante que ha recogido 200.000 firmas a través de change.org para pedir al Gobierno que diera marcha atrás. El encuentro "cordial" se produjo justo un día después de la rectificación pública del ministro y en él el secretario general reconoció el efecto no deseado de una medida encaminada a proporcionar igualdad de oportunidades, con un marcado carácter social.

No obstante, el Ministerio sí reconoce un error de comunicación por no haber sabido explicarla correctamente y no comunicarla con suficiente tiempo de antelación. Sin embargo, el departamento de Educación debe esperar a que las universidades envíen el número total de alumnos que han sido aceptados en el programa. En años anteriores la convocatoria para la ayuda complementaria se ha publicado incluso dos semanas más tarde que en esta ocasión, por lo que los estudiantes que iniciaban su beca Erasmus desconocían a priori la cuantía que les pudiera corresponder.

España, favorita para los europeos

También resulta llamativo el top ten del ranking de universidades más participativas en el programa Eramus, en donde figuran cinco instituciones españolas. Ocupan los dos primeros puestos la de Granada y la Complutense; en tercer lugar está la de Bolonia (Italia); la de Sevilla, en cuarto; la de Valencia, en quinto y la Politécnica a continuación; después, Varsovia (Polonia); La Sapienza (Italia); la de Padova (Italia) en noveno lugar y, por último, la Universidad V Liubliana (Eslovenia).

Nuestro país también es el destino más popular: en el curso 2011/12 recibió 39.300 estudiantes, seguido de Francia (28.964) y Alemania (27.872), según los datos de Eurostat. La Universidad de Granada es la preferida por los alumnos europeos para cursar su beca Erasmus, seguida a continuación por la de Sevilla y la Complutense de Madrid. La Politécnica de Valencia y la Universidad de Salamanca ocupan el séptimo y noveno lugar respectivamente. Fundamentalmente, acogemos a alumnos italianos (7.651, en 2012); franceses (6.791) y alemanes (6.175).

Tras la polémica causada (ni el Gobierno ni el PP respaldaron al ministro de Educación) y tras ser conscientes del problema sobrevenido para los estudiantes que ya estaban fuera contando con esa beca, el Ministerio rectificó. Para ello consiguió que el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, aceptara introducir una enmienda en los Presupuestos Generales del Estado para elevar en 20 millones la cantidad destinada a los erasmus.

Así, con carácter excepcional, durante el curso 2013/2014 habrá dos categorías de becarios erasmus: los que el año pasado se beneficiaron de una beca general, pasarán ahora a disfrutar de una dotación económica (la que proviene del Ministerio) que puede llegar a los 300 euros; por otro lado, los alumnos que no habían tenido beca general y que con la polémica orden de Educación pasaban a no cobrar la ayuda, podrán volver a disfrutar de la cuantía económica con la que contaron el curso pasado, unos 100 euros de media.

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