Más "tranquilos" y "satisfechos". Así han salido este miércoles los portavoces de todos los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados, a excepción de Izquierda Unida, después de la comparecencia en la comisión de Secretos Oficiales del secretario de Estado-director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el general Félix Sánz Roldán.
El único tema de su comparecencia, que se prolongó por espacio de más de dos horas y en la que utilizó un proyector para ser más minucioso, fue explicar qué datos conocen los servicios de inteligencia españoles sobre las más de sesenta millones de llamadas que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos espió en nuestro país y si cooperaron de alguna forma.
La comisión de secretos oficiales estuvo presidida por el presidente del Congreso, Jesús Posada, y asistieron los portavoces de todos los grupos parlamentarios, a excepción de de los del Grupo Mixto. El único ausente fue Josep Antonio Duran Lleida (CiU), que se ausentó por un "compromiso ineludible", según explicaron fuentes del grupo nacionalista. Ningún otro parlamentario de CiU le pudo sustituir porque la presencia en esta comisión no es delegable.
El primero en abandonar la sala una vez finalizadas las explicaciones del director del CNI fue el presidente de la Cámara Baja, quien aseguró que la comparecencia fue "muy exclarecedora" y explicó que el máximo responsable de los servicios secretos respondió a todas y cada una de las preguntas que le hicieron los grupos parlamentarios
Además, trasladó a los periodistas que había pedido a los portavoces que respetasen el secreto de lo sucedido en la comisión. "A mí me ha tranquilizado. Creo que el resultado ha sido muy tranquilizador", insistió antes de volver a su despacho.
El portavoz del PP, Alfonso Alonso, y la de UPyD, Rosa Díez, se mostraron también "satisfechos" y "más tranquilos" tras las explicaciones dadas por Félix Sanz Roldán, mientras que el representante del PNV, Aitor Esteban, eludió cualquier tipo de comentario a su salida de la comisión.
Los que más hablaron sobre lo sucedido en el interior de la sala María Pineda del Congreso de los Diputados fueron Cayo Lara (IU) y Soraya Rodríguez (PSOE). El primero destacó que el director del CNI contestó a las 15 preguntas que le había formulado su grupo parlamentario y aseguró que pese a las explicaciones nunca se tiene la "tranquilidad absoluta".
En esta línea, el dirigente comunista dijo que había entrado al principio de la mañána relativamente intranquilo y que salió después de la comparecencia de Félix Sanz Roldán de una manera similar, aunque seaclaró que "tengo más inquietud por Estados Unidos que por España".
Soraya Rodríguez aseguró que el PSOE sale satisfecho por lo conocido en la comisión y que tiene "las garantías" de que "se han respetado los derechos de los ciudadanos españoles dentro de España". "En nuestro territorio, la actuación del CNI ha respetado los derechos de los españoles", insistió.
Tras esto, emplazó al Gobierno de Estados Unidos a dar explicaciones por espionaje a las comunicaciones en España. "Ahora les toca hablar a otros. Se deben seguir pidiendo explicaciones oficiales", añadió.
Fuentes parlamentarias dijeron horas después de la reunión que Félix Sanz Roldán aseguró que las comunicaciones de Mariano Rajoy no fueron espiadas al "99,9 por ciento", pero que sí pudieron ser controladas las conversaciones que mantuvo con líderes europeos o mundiales que sí estaban siendo vigilados, como es el caso de la canciller de Alemania, Angela Merkel; al tiempo que afirmó que en España no se ha espiado ni a políticos ni a empresarios.
Buscando la seguridad del Congreso de los Diputados, recomendó a la Cámara Baja que adquiere un sistema que evite las posibles escuchas en la institución, pese a que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) no espía a la institución ni hay datos por los que se pueda sospechar que servicios de inteligencia extranjeros lo vienen haciendo.
El máximo responsable de la inteligencia española aseguró asimismo que el CNI ya no necesita ayuda de ningún servicio extranjeros para controlar las actividades de la organización terrorista ETA, en clara alusión al satélite estadounidense que durante los años de José María Aznar estaba enfocado permanentemente al sur de Francia para controlar las actividades etarras en esa zona y que dio como fruto importantes operaciones antiterroristas.
Al contrario de lo sucedido en Estados Unidos, donde el máximo responsable de la NSA, el general Keith Alexander, compareció en una comisión de la Cámara de Representantes de forma pública, lo que hizo que pudiera ser seguida por todo aquel que quisiera, Félix Sanz Roldán lo hizo en el Congreso de los Diputados a puerta cerrada y lo contado en el interior de la misma no puede trascender para conocimiento de los ciudadanos, pues está considerado como un secreto oficial.