Colabora

El príncipe Felipe preside un desfile militar sin broncas ni abucheos

2.600 militares y sólo 50 vehículos han participado en el desile. La Patrulla Águila ha sido la única representación de los medios aéreos de las FAS.

Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias han presidido por primera vez este sábado la tradicional parada militar de la Fiesta Nacional, debido a que Su Majestad el Rey don Juan Carlos se encuentra todavía en proceso de recuperación de su última intervención quirúrgica. Por segundo año consecutivo, tuvo la austeridad económica -no hubo ni aviones, ni helicópteros, ni carros de combate- y el desafío independentista de Cataluña como principales focos de atención y debate.

Junto al heredero de la Corona -que vestía su uniforme de teniente coronel del Ejército de Tierra- y su mujer estuvo prácticamente todo el Gobierno. El único ausente fue el ministro de Economía, Luis de Guindos, que se encuentra en una cumbre del Fondo Monetario Internacional (FMI). También estuvieron algo más de la mitad de los presidentes autonómicos. Como es habitual, no estuvieron ni el lehendakari vasco, Iñigo Urkullu, ni el presidente de la Generalidad de Cataluña, Artur Mas.

Los otros ausentes fueron el presidente del Principa de Asturias; Javier Fernández; el presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel; el de las Islas Baleares, José Ramón Bauzá; el de La Rioja, Pedro Sanz Alonso y el presidente de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra.

El acto central de la Fiesta Nacional comenzó unos minutos más tarde de las 10.30 horas de la mañana, cuando los Príncipes de Asturias llegaron a la zona habilitada para la tribuna principal y fueron recibidos por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; al que acompañaban el ministro de Defensa, Pedro Morenés; el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González; la alcaldesa de Madrid, Ana Botella; y el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el almirante general Fernando García Sánchez.

Fue momento entonces para los honores militares al heredero de la Corona y su esposa, tras lo que Don Felipe y Doña Letizia saludaron a las autoridades políticas y militares presentes. El izado y homenaje a la bandera, protagonizado por la Agrupación de Honores de la Guardia Real, dio paso al emotivo acto de homenaje a los caídos por España, con especial recuerdo para el sargento David Fernández Ureña (fallecido en Afganistán por la explosión de un IED) y los tres zapadores que murieron en Viator (Almería) . Tras el sentido canto de "La muerte no es el final" y la salva, la Patrulla Águila dibujó la bandera española en el cielo de la capital.

Acto seguido, comenzaron a desfilar las unidades militares, que estuvieron a las órdenes del general jefe de la Brigada de Infantería Paracaidista Almogávares VI, el general Juan Cifuentes Álvarez. Abrió la parada la unidad motorizada, con una sección de motos de la Guardia Real -con sus potentes Harley Davidson-, tras la que apareció el mando del desfile, el Estado Mayor de la Brigada Paracaidista, una unidad de veteranos de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil y una unidad de Reservistas Voluntarios.

Fue turno entonces para los únicos representantes en el desfile de los medios aéreos con los que cuentan las Fuerzas Armadas: La Patrulla Águila, compuesta por siete cazas C-101, que volvió a surcar los cielos por segunda vez en pocos minutos. Dio comienzo entonces el desfile de las unidades a pie, que abrió la Escuadra de Gastadores y la Unidad de Música de la Guardia Real, al que siguió un batallón de la Guardia Real, un batallones de alumnos de la Armada (Escuela Naval Militar y Escuela de Suboficiales), del Ejército del Aire (Academia Básica y Academia General), del Ejército de Tierra (Academia General Militar y Academia General Básica de Suboficiales) y de la Guardia Civil (Colegio de Guardias Jóvenes, Academia de Oficiales y Academia de Guardias y Suboficiales).

La segunda agrupación a pie contó con la presencia de un batallón mixto de la Armada, que incluía una compañía de la Infantería de Marina, la más antigua del mundo; un escuadrón del Ejército del Aire, con integrantes de las bases aéreas de Cuatro Vientos, Getafe y Torrejón; una compañía de la Unidad Militar de Emergencias (UME); y un batallón del Ejército de Tierra, con una compañía de la Brigada Paracaidista, una compañía del Regimiento de Infantería (Inmemorial del Rey nº1), una compañía de Esquiadores-Escaladores; así como una compañía del Grupo de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil.

La tercera y última agrupación a pie estuvo conformada por las dos unidades que más expectación levantan entre los asistentes, tanto por su paso militar característico, como por su uniformidad diferenciada. A 160 pasos por minuto -la cadencia habitual es de 124 pasos por minuto- desfilaron los integrantes de dos compañías de la VIII Bandera del Tercio "Don Juan de Austria" 3º de La Legión. Mucho más lentos, a una cadencia de 80 pasos por minuto, lo hicieron las dos compañías del Tabor de Regulares Nº52 de Melilla.

Como es habitual, la parada militar concluyó con el desfile de las unidades a caballo. La primera en entrar en escena fue la sección Hipomóvil de la Batería Real, cuyo llamativos caballos hispano-bretones tiraban de piezas Scheneider del calibre 75/28 del año 1.906. Después, y concluyendo el desfile miliar, un escuadrón de Caballería de la Agrupación de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil.

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario