Las diferencias habían quedado patentes el miércoles en su rueda de prensa conjunta en Ferraz, pero fueron sutiles, sólo aptas para entendidos analistas de gestos entre líneas. Este jueves, Susana Díaz dejó claro cuán grande es la distancia que le separa del líder de su partido a nivel nacional. Sin palabras gruesas, ni acusaciones ni reprimendas. Todo se basó en lo que no dijo o no quiso decir.
Al término de su reunión con el presidente del Gobierno en el Palacio de La Moncloa, la flamante líder del PSOE andaluz dejó claro que no respalda que Rubalcaba siga pidiendo la dimisión del jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, a quien ella le tiende la mano en un "pacto por la corrupción de máximos y sin fisuras". Preguntada por si esto es compatible con un PSOE que ha cortado "todas las relaciones" con el Gobierno y que se levantó de la mesa en la ponencia de la Ley de Transparencia, contestó sonriente que "no es incompatible lo que plantea Rubalcaba" y "no seré yo quien invada sus competencias".
Más elocuente fue su silencio al ser preguntada directamente por Libertad Digital si respaldaba la petición de dimisión que reclama su partido al presidente Rajoy, la última vez, este mismo martes en el debate de las mociones en el Congreso. "Eso, pregúnteselo a Rubalcaba", contestó. Su ánimo por dejar claro que ambos están en estadios distintos quedo claro al insistir en que "no seré yo quien haga la sesión de control al gobierno". Y lo volvió a decir: "Permítame que eso quien lo diga sea el secretario general de mi partido. No voy a ser yo, porque no me corresponde, quien fije la posición en el Congreso de los Diputados".
En ningún momento entró a explicar por qué y cómo puede ser compatible que ella acuda a Moncloa a pedirle un pacto al presidente del gobierno con quien Rubalcaba se niega a dialogar desde hace meses y a quien Soraya Rodríguez le exigió su dimisión el martes por "vergüenza, por haber mentido en sede parlamentaria". Ni defendió esas actuaciones de la oposición en ningún momento ni las respaldó, pero sí se afanó en manifestar que la ley de transparencia es algo que hay que pactar "entre todos", no como hizo el PSOE. Se limitó a sostener que "no hay ninguna incompatibilidad ni discrepancia" con Rubalcaba. "Yo no la veo".
Pero al término de la rueda de prensa los periodistas volvieron a manifestar lo antagónico de los dos dichos y hechos socialistas. "Si fueras líder del PSOE, ¿le pedirías la dimisión a Mariano Rajoy?", le volvió a preguntar LD. "Uy, uy, uy....", dijo mientras se marchaba entre las risas de su gabinete y el constatación de la prensa de que "huye" quien calla y otorga.