La Junta incentivó a una empresa suiza con 495.000 euros por crear empleo pero sólo creo un puesto de trabajo. Teniendo en cuenta que el coste bruto por trabajador en España alcanzó los 30.905,55 euros a finales de 2012, incluyendo la Seguridad Social, con 500.000 euros podrían haberse pagado más de 16 contratos de trabajo de un año de duración. La misma sociedad, según La Razón, recibió otra subvención andaluza de 428.800 euros en 2005.
La Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IDEA) –el ente público que pagaba los ERE– autorizó según el diario mencionado el gasto para la concesión de un incentivo de 495.160,75 euros a una empresa tecnológica que se comprometió a la creación de un solo puesto de trabajo y al mantenimiento de los otros 12 que ya tenía, según el acta del Consejo Rector de IDEA de 26 de julio de 2010 en la que se autorizó el acuerdo y a la que ha tenido acceso este periódico.
RavenPack International, la empresa agraciada es una sociedad dedicada al análisis de noticias y contenido web para la industria financiera de Estados Unidos y Europa. La matriz es RavenPack Holding, constituida en Zurich (Suiza), una empresa patrimonial sin empleados y con un accionariado heterogéneo compuesto, entre otros, por fondos de inversión o una sociedad del Reino Unido dedicada a los viajes turísticos. Ante la extraña propuesta, el consejo rector de IDEA en su reunión del 13 de julio de 2010 reclamó más información antes de conceder su visto bueno.
Tras una visita previa de algunos técnicos de IDEA a la sede de la empresa en Marbella (Málaga), se aprobó el incentivo. En el acta se dijo que las instalaciones habían sido visitadas por los técnicos de la Gerencia Provincial de Málaga y habían comprobado que era real y que estaba funcionando. En su sótano estaban instalados los servidores y todo el equipamiento informático y la otra planta está organizada como oficina.
La ayuda se concedió con base en la Orden de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de 9 de diciembre de 2009 que regula el programa de incentivos "para el fomento de la innovación y el desarrollo empresarial en Andalucía". En ella, se decía que sus objetivos son "seguir apoyando de una manera eficaz y eficiente las iniciativas empresariales inspiradas en la innovación para el desarrollo empresarial y el bienestar de la sociedad andaluza".
Igualmente se apunta como propósito, "dada la situación de dificultad económica por la que atraviesa la sociedad en su conjunto, apoyar de una forma decidida y clara todos los proyectos empresariales que coadyuven a la creación de riqueza y al mantenimiento del esfuerzo de convergencia económica con el resto de las regiones y de la Unión Europea".
La Cámara de Cuentas en su informe sobre "subvenciones concedidas por la Junta a empresas privadas y a familias e instituciones sin fines de lucro,perceptores del segmento 0,3 a 0,6 millones de euros del año 2005" publicado en 2009– también señala a RavenPack International S.L., con un pago materializado de 428.817,64 euros. Estas ayudas carecían del adecuado control, tanto en los casos relativos a los ERE como en los casos relativos a ayudas a empresas.
La ineficiencia de los fondos destinados a empleo
Lo que dijo la Cámara de Cuentas sobre el programa referido es lo siguiente: "No existe documentación acreditativa sobre la contribución de las subvenciones a la generación de empleo inducido ni directo en los expedientes fiscalizados, si bien, en el conjunto de la línea de ayuda de promoción y desarrollo industrial en los 62 proyectos, según se especifica en el informe final de cierre, se han creado 679 empleos directos y 310 inducidos. En los expedientes fiscalizados no se ha creado ninguno".
O sea, que la Junta afirmaba que había creado empleos, pero en la muestra de empresas que analizó la Cámara de Cuentas, no aparecía ninguno. Más de 138 millones de euros, 23.000 millones de las antiguas pesetas, distribuidos como subvención entre 83 empresas, sirvieron para obtener el resultado de Empleos comprobados, cero.
El trabajo auditor de la Cámara de Cuentas se centró en el período 2000-2006 y estuvo dirigido al programa de subvenciones a empresas privadas incluidas en el programa 62-A, Fomento de la Industria 1995-1999.
Además, la Cámara de Cuentas añadió algunos comentarios de interés:
- No era posible saber si se cumplían o no los objetivos de las subvenciones ni era posible el cálculo del grado de ejecución y cumplimiento de las subvenciones.
- Había empresas que obtenían más subvenciones de las indicadas.
- La Junta no había pagado las ayudas en los plazos previstos y eso podía haber perjudicado su utilización eficaz.