La defensa del principal procesado por el chivatazo a ETA en el Bar Faisán ha intentado silenciar la información sobre el confidente de la banda terrorista que prestará testimonio a favor de los acusados.
El Mundo publicó una información la pasada semana, en la que se desvelaba que el expediente del etarra (conocido como El Romano) había quedado limpio, y ya no existía contra él ninguna orden de busca y captura, situación que se produjo antes de que la defensa de Enrique Pamiés -jefe superior de la Policía, procesado por el chivatazo- reclamara la comparecencia de este testigo en el juicio que se celebrará la próxima semana. Es decir: primero la Audiencia Nacional acabó con las reclamaciones judiciales que pesaban sobre él, y después la defensa de Pamiés solicitó su comparecencia como testigo protegido.
En su información, El Mundo dejó claro que tenía la identidad de El Romano, pero no iba a desvelarla, ya que está considerado testigo protegido. Pero la defensa de Pamiés consideró que existía un riesgo de que se filtrara la identidad del confidente, y envió un escrito a la Audiencia, solicitando que "dado que los datos son secretos, y en protección de la identidad del testigo, del que peligra su vida, se solicita que se requiera al periodista Fernando Lázaro a fin de que se abstenga de publicar, filtrar o comunicar a terceros la identidad del testigo protegido y cualquier otra actuación que implique identificar al testigo, bajo los apercibimientos legales que esta Sala estime oportunos", señalaba el escrito.
Ahora la sala contesta que "se pone de relieve que esta Sala no puede acceder a ello puesto que además de no haberse revelado algún dato acerca de la identidad del testigo protegido, en la información periodística no se dice que eso vaya a suceder".