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Nuevo 'pásalo' en El País: arremete contra Feijóo y Pastor y olvida a Pepiño

Los Príncipes protagonizan todas las portadas mientras El País sigue con su cacería y ABC le recoge el guante.

"El maquinista admite que frenó tarde al equivocarse de tramo", dice El Mundo. "Los sindicatos piden que un 'cartelón' o una baliza señalen el límite de 80 km/hora en el túnel previo a la curva. Adif revisa sus protocolos de seguridad". Y es que dice Pedro J. que le da yuyu que un tren que supera los 200 kilómetros por hora "quede al albur de un posible despiste humano (…) Ya que es imposible devolver la vida a las víctimas, hay que garantizar que un accidente así no vuelva a producirse".

El Mundo también lleva en portada las declaraciones de Francisco a los periodistas que le acompañaban en el vuelo. "El Papa pide integrar a los gays y combatir a los lobbies. Califica de 'golazo' los escándalos del banco vaticano y dice que Benedicto XVI es como tener al abuelo en casa". Pedro J. está fascinado. "A diferencia de lo que empieza a ser habitual en algunos dirigentes de nuestro país, aceptó someterse a ese fuego cruzado de la prensa sin ningún tipo de condición previa". Son de modernos, estos extranjeros.

El País titula con unas emotivas declaraciones del maquinista -"¿Cómo quiere que me calme? Con lo que he provocado, prefiero morir"- antes de retomar la cacería a ver qué pilla del accidente. "Cuatro dotaciones de bomberos fueron retiradas antes de terminar el rescate", dice uno de sus titulares. El editorial es de los que le ponen a uno mal cuerpo. "Explicar, no ocultar. La ausencia de un relato contrastado del accidente de Santiago ceba las especulaciones". A las suyas, se refieren. "Se cumplen seis días" oiga, ¡seis días!, "sin que las autoridades hayan ofrecido aun las explicaciones necesarias". Cierto que el maquinista no declaró hasta el domingo bien entrada la noche y las cajas negras ni siquiera se han abierto, pero eso a El País se la refanfinfla. "Ana Pastor, la ministra de Fomento, se ha mostrado por fin dispuesta a comparecer en el Congreso para dar explicaciones: ya era hora", dicen en plan enfadadísimo como si alguna vez se hubiera negado. "También debería explicarse la Xunta de Galicia, que niega descoordinación en las tareas de rescate durante las primeras horas tras la tragedia pese a los indicios de lo contrario" que solo ellos ven. En el colmo del despropósito, dice Cebrián que "las prisas políticas son malas consejeras", y que estas prisas han podido ser "decisivas en la puesta en servicio de un tramo ferroviario como el de Ourense-A Coruña". Tramo que puso en funcionamiento... Pepiño Blanco, al que ni siquiera menciona en el editorial. Chicos, por Dios disimulad un poco, que esta vez se os está viendo el plumero de manera descarada.

ABC se centra en portada en "El dolor de un país", mientras sus columnistas le refrescan la memoria al amnésico El País. "José Blanco incrementó la red gallega de velocidad alta de una manera irresponsable y derrochadora sin que nadie le pida cuentas por ello" y "Zapatero olvidó el valor de los recursos disponibles y atendió al gusto popular con irresponsable prodigalidad", dice Martín Ferrand. Hermann Tertsch explica el basureo al que se dedica El País. "La oposición no hace sangre porque toda la obra afectada fue construida por el Gobierno de Zapatero, con sus ministros Maleni y Pepiño de máximos responsables. Si no llega a ser así, teníamos hace días ya en marcha de qué es capaz la maquinaria socialista. Por eso, la escalada de la insidia va por otros derroteros, mediáticos". Anda, pues claro, por eso Rubalcaba está tan mudito.

La Razón también tira por el funeral: "España os lleva en el corazón". Marhuenda, de momento, cree que todo el mundo es bueno menos IU. "Los partidos han mantenido una actitud impecable en este desgraciado suceso (…) Dentro de la tristeza que nos embarga debemos reconfortarnos con el comportamiento ejemplar de la sociedad española, volcada con las víctimas y con Galicia, y que, como la inmensa mayoría de nuestros representantes políticos, no ha permitido que prospere la demagogia". Dales tiempo.

"En los Príncipes, España despide a las víctimas del Alvia", dice La Gaceta. Se desahoga en el subtítulo por la viñeta del Avui. "Miserable uso de la tragedia por parte de los subvencionados separatistas catalanes". Centra su editorial en el maquinista. "Ahora toca dilucidar exactamente por qué se despistó el maquinista, y si es posible, sacar conclusiones para que no vuelva a ocurrir. Solo así evitaremos otra tragedia como esta. Quizás es aquí, y no en los trenes y demás maquinaria, donde las autoridades deben actuar, puesto que, desde luego, un conductor de la Velocidad Alta o Alta velocidad debe tener los cinco sentidos puestos en el manejo del tren". Interesante análisis. Debe, debe. Y si fue una mosca que pasó volando, que se prohíba la entrada de las moscas en los trenes. Y si fue algo que se le pasó por la cabeza en ese momento, que les vacíen la cabeza a los maquinistas cuando conducen trenes. Pero ¿hay alguien más?

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