El Partido Popular también dará su versión de los hechos en sede judicial. Y lo hará al máximo nivel, por boca de su número dos, el próximo 14 de agosto, semana en la que el juez Pablo Ruz está de guardia durante el mes estival. "Vistos los acontecimientos, es lo mejor que nos podía pasar", afirman ahora desde la dirección nacional. Esto es, con Luis Bárcenas desde la cárcel filtrando información dañina y con graves acusaciones en los tribunales. "Estoy encantada de poder contestar a tantas mentiras y calumnias", aseguró poco después de conocerse la citación la propia María Dolores de Cospedal.
La hoy secretaria general de los populares no será la única en declarar en calidad de testigo, que no de imputada. Un día antes, lo harán Javier Arenas y Francisco Álvarez Cascos, que en tiempos de José María Aznar ocuparon ese puesto. Arenas, que vigentemente ocupa una vicesecretaría general del PP, se apresuró a anunciar respeto a las decisiones judiciales y su plena colaboración para esclarecer el modo de pago, según él siempre legal -lleva semanas recopilando documentación-, que se llevó acabo durante su mandato interno.
El juez da así un paso que se daba por descontado, al menos en el caso de Cospedal, habida cuenta de que fue la propia Fiscalía la que solicitó que fuera llamada a declarar. Algo que, en un primer momento, sorprendió e -incluso- llegó a molestar en algunos cuadros de Génova, que no entendieron por qué el ministerio fiscal se fijaba en ella, que apenas compartió unos meses con Bárcenas en su puesto de tesorero, amén de que forzó su salida. Muchos vieron la mano de Alberto Ruiz Gallardón, con quien la relación es cada día más tirante. Si bien, se insistió, "llegados a este punto" lo mejor "es dejar las cosas claras, y el sitio adecuado son los tribunales".
La petitoria de Cascos y Arenas genera algo más de controversia. Para empezar, porque el juez reconoce que les llama por si pueden "aportar algo" ya que, en caso de delito, habría prescrito. Pero, además, porque el demandante -que es Izquierda Unida- no solicita la comparecencia de otros dos secretarios generales: Ángel Acebes -el más próximo a la época de Cospedal, que ejerció entre 2004 y 2008- y el propio Mariano Rajoy.
Irán a la Audiencia Nacional
Por otro lado, y en un gesto político muy rápido, Cospedal informó al juez de que renuncia a su privilegio como aforada -en calidad de presidenta de Castilla-La Mancha- de que Ruz le tome declaración en sus dependencias de Toledo. Lo hace "por respeto a la institución" que representa y también "para favorecer el trabajo de la justicia", destacaron fuentes de su equipo. Así, se distancia del comportamiento de otros colegas de partido -Pío García Escudero sí declaró en el Senado- y marcó rápidamente tendencia: de inmediato, Arenas -que es senador anunció que acudiría físicamente a la Audiencia Nacional.
Un paseíllo ante los medios de comunicación y ciudadanos -en estos casos se suelen escuchar insultos- con el que también se pone distancia a lo sucedido con Rosalía, la mujer de Bárcenas, que logró evitarlo de forma extraordinaria entrando por el garaje. Cosa que, en ningún caso, harán los citados cargos populares, que accederán por la puerta principal "como todo el mundo". "Cospedal va de cara porque no tiene nada que ocultar. Para demostrar que este señor es un mentiroso compulsivo y para dejar limpio su honor, el de Rajoy y el del PP", en opinión un diputado próximo a la secretaria general.
"Diré en sede judicial la verdad", proclamó Cospedal, en declaraciones a los periodistas en Guadalajara. En Génova, hay división sobre si es bueno que sea en agosto. Para algunos, "significa celeridad en el proceso" y "lo importante es que acabemos con esta pesadilla cuanto antes". Para otros, "no habrá más noticia que ésta y se amplificará al máximo". En todo caso, este jueves Rajoy tendrá que dar la respuesta política a la crisis ante las Cortes: "No convencerá a muchos porque su interés es desgastar", reconoció Rafael Hernando, que ejerció de portavoz nacional.