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Un agorero Carlos Herrera presagia el retorno de Nunca Mais

El maquinista es el culpable en alguna prensa mientras que otra afila ya cuchillos para la bronca política.

El Mundo dice que "el Alvia iba a alta velocidad en un tramo sin seguridad de Alta Velocidad". "El sistema técnico que debía haber frenado automáticamente el tren no funcionó en la curva en la que el maquinista entro a 190 km/h". Pedro J. apunta maneras de la bronca política que nos espera. "La hipótesis que se abre y que habrá que esclarecer es si las prisas políticas por cumplir el calendario pudieron contribuir al error. El compromiso de acelerar la implantación de la Alta Velocidad a Galicia fue un empeño de José Blanco". Toma leche. Comienza la cuenta atrás para que PP y PSOE empiecen a tirarse los muertos a la cabeza.

"El tren frenó demasiado tarde", dice El País, que aporta detalles de la conversación del maquinista con la sala de control. "El conductor que descarriló su suerte", sentencia. Tras emocionarse un montón con la "respuesta de los vecinos, la entrega de los equipos de rescate y la generosidad de los ciudadanos" pide una investigación con "rigor y transparencia" y fija posiciones para la guerra que se avecina. Que no pase lo del metro de Valencia, "43 muertos y ninguna responsabilidad. Todos los esfuerzos de la Generalitat valenciana, en la época en que estaba presidida por Francisco Camps, se orientaron a la tesis del hecho fortuito y a cegar las indagaciones sobre la falta de medios de seguridad". Tampoco se corta de darle un bofetón a Rajoy con insinuaciones veladas. "Las inversiones realizadas en la alta velocidad, que permiten el lucimiento de los políticos en agradables viajes inaugurales, no pueden estrellarse contra el recorte de recursos en materia de seguridad. La crisis económica no puede ser, de ninguna de las maneras, un argumento válido para escatimar en este aspecto tan esencial". Todos enseñando las uñitas.

La Razón, con crespón negro titula: "España de luto", y se lanza a degüello contra el maquinista, al que culpa de todos los males del infierno. "El sistema alertó del exceso de velocidad al conductor. El maquinista alardeaba en Facebook de ir a 200 km/h", "Las trazas de una imprudencia mortal". Dice Marhuenda que "es preciso aguardar el resultado de la investigación", pero, mientras, vamos a cargarnos al maquinista, que todo "apunta a un fallo humano".

ABC, igual que La Razón. "El maquinista alardeaba de su gusto por la velocidad", titula su portada. "Ya llegará el momento de establecer las responsabilidades pertinentes, si bien por ahora determinadas expresiones atribuidas al conductor hacen pensar en un grave caso de irresponsabilidad, cuyas consecuencias se determinarán en su día (…) Una vez más , queda claro que la técnica no lo puede todo y que el factor humano es decisivo a la hora de afrontar las situaciones reales". A alguien se le va a caer el pelo. Carlos Herrera se huele lo peor. "Error humano o error mecánico, no bastará a aquellos que, desde la más miserable de las cargas políticas, pretende dar lectura de rapiña al accidente", que aquí nos conocemos todos. "No habían pasado un par de horas del fatal accidente y ya algunos olisqueadores de basura empezaban a aventurar una relación directa entre el accidente y los recortes en inversión que el gobierno ha puesto en práctica en todos los ministerios". Algunos deben estar frotándose las manos sin creerse su suerte. "Por fin el gobierno tiene muertos que adjudicarle". Como un pájaro de mal agüero, dice Carlos que "habrá que ver por dónde salen los profesiones de la inculpación de causas generales" como cuando el Prestige. "Habrá que ver quiénes y de qué forma urdirán el nuevo Nunca Mais". No, Carlos, no, por favor. Y es que "ochenta muertos es una tentación demasiado evidente para el manejo de la peor demagogia, de la peor bilis política, del odio partidista, del ejercicio rastrero del oportunismo". Dios nos coja confesados.

"Demasiado rápido", va hoy La Gaceta. Cuenta el director José Antonio Fuster, lo mal que lo pasaron lo pobres ayer al tener que cerrar el periódico a las 10 de la noche sin poder dar información detallada a sus lectores. "A ningún periodista que haya echado los dientes entre plomos y tinta le gusta cerrar la edición en papel de un periódico así. Sin saber más. Sin poder informar de más. Sin una crónica. Sin más fotografías". Ay, las rotativas y sus horarios.

En su editorial, se hace un montón de preguntas porque cree que "las explicaciones simples tienen la ventaja de ser seductoras, pero esa simplicidad es engañosa y sería gravemente irresponsable y necio echar la culpa de una tragedia tan grande, al exceso de velocidad, al trazado de la curva o a un fallo humano del maquinista". Así que ya sabéis ABC y La Razón, sois unos necios. "El AVE ha venido siendo durante mucho tiempo una golosina electoral demasiado dulce como para prescindir de ella, y hay que preguntarse si existen responsabilidad políticas en el ritmo de implantación que hayan podido primar una celeridad indebida en el acabamiento de las obras a costa de aligerar la exigencias de seguridad". Adiós a Bárcenas, que ya estaba muy sobado.

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