Supervivientes y testigos del accidente ocurrido en la tarde-noche del miércoles tras el descarrilamiento de un tren tan solo a tres kilómetros de Santiago de Compostela explican en la prensa cómo presenciaron la terrible tragedia en la que, al menos, han perdido la vida 77 personas.
Uno de los testimonios más impactantes lo recoge La Voz de Galicia. Se trata de la breve pero contundente y amarga frase del coruñés Tomás López Lamas: "Mi hijo ha muerto". Por su parte, Abel Rivas e Iván Ramos, dos jóvenes que se mostraban "muy impactados", declaran para Efe: "Escuchamos un ruido tremendo, enorme, como nunca. Vimos una polvareda enorme y uno de los vagones estaba ya incendiado".
Ricardo Martínez, vecino de Angrois, salió de su casa dirección a las vías y se puso a ayudar. "En los vagones había muchos muertos y tuvimos que mover cadáveres para sacar heridos".
Entre los pasajeros que tuvieron la suerte de salir prácticamente ilesos, Roberto Fariza, procedente de Houston -Estados Unidos-, declaraba ya desde el Hospital Clínico que solo escuchó "un ruido" y se produjo "una reacción en cadena. Todo empezó a caer encima. Lo único que critico es que no había manera de salir, por la gente y por las ventanas". Su mujer, con la que se desplazaba desde Valladolid hasta Santiago, tuvo menor fortuna. "Es la que está mal -declaró-. A mí ya me atendieron. Me pusieron en una cama, pero hay gente que la necesita más que yo", comentaba Fariza desde la sala de espera del hospital compostelano.
También en La Voz de Galicia habla Ricardo Montero, uno de los doscientos pasajeros que viajaban en el tren. Anoche aún intentaba comprender lo sucedido y lo contaba así: "Fue todo tan rápido que casi no lo puedo decir. Parece ser que en una curva el tren empezó a dar vueltas de campana. Dimos muchas vueltas de campana y quedaron los vagones subidos unos encima de otros. Tuvimos que salir por debajo y nos dimos cuenta de que el tren estaba ardiendo".
Otro pasajero narraba cómo iba tranquilamente escuchando música con sus auriculares cuando el vagón empezó a vibrar: "De repente me encontré sentado en el suelo y me dolía todo. A mi lado había gente destrozada y sangrando".
"El tren volcó poco a poco y la gente empezó a gritar", ha resaltado el periodista y escritor Aníbal Malvar, que viajaba en el tren siniestrado este miércoles en Santiago de Compostela.
Malvar, que iba en el vagón número ocho, ha manifestado que el tren "volcó" de lado y "luego se arrastró por el hormigón" hasta quedar contra un muro. "Cayeron asientos y maletas", ha resaltado.
El País, por su parte, cuenta con el testimonio de Mari, otra vecina de Angrois: "Vi venir un torpedo enorme de polvo y ruido. Pensé que era el tren, se venía contra mí y me eché a correr". Además, la camarera del bar Tere, a 30 metros en línea recta del lugar del siniestro, llamó en el momento del accidente al 061: "Me decían que me esperase, no me creían, pero yo solo le podía decir que había muchos muertos".
El hijo de Milagros
Milagros, una madre que esperaba en la estación la llegada de su hijo para celebrar el día del Apóstol, estaba desesperada. Según informa La Voz de Galicia, cuando vio que el tren no llegaba supo que algo pasaba, trató de acercarse hasta Angrois, el lugar que mostraba la humareda, pero no pudo pasar. "¡Ay mi niño, mi niño, que no coge el móvil!", repetía desesperada. Pocos minutos después halló a su hijo, que solo unas horas antes la había llamado para decirle que ya estaba en Orense. Lo encontró con un brazo roto y se lo llevaron al hospital.