El Mundo tiene la culpa, con su exclusiva barcenística. Ahora no son fotocopias, es un presunto, siempre presunto, original, con varias tintas y de varios años y varios "sobrecogedores", sobre todo el primero de ellos: el actual presidente del Gobierno, ministro en el momento de ejercitar el sobrecogimiento, en este caso y siempre según Bárcenas, el caja-de-puros-cogimiento.
El editorial de los de Pedro J. se muestra satisfecho porque "El Mundo ha cumplido con su deber" y habla de su "extraordinaria importancia", recordando que de ser cierto lo que dicen los papeles se vulneró la "Ley de incompatibilidades" e implicaría "la destitución de los cargos públicos que ocupen" los pillados, si me permiten la expresión. No obstante, más que de responsabilidades penales el editorialista señala que "las consecuencias para el PP y para Mariano Rajoy serán sobre todo políticas".
En El País dedican su portada a la situación en Egipto, que está al borde del "conflicto civil", término que utilizan no sabemos si por un extraño miedo a escribir la palabra "guerra", porque una guerra civil todos sabemos lo que es, pero un conflicto civil, la verdad, parece más una cosa de juzgados que lo que de verdad se prepara en Egipto.
Respecto al tema del día, los de Prisa se ponen la venda antes de la herida, mejor dicho, de la cornada proporcionada por la noticia de El Mundo: "La justicia ya validó los papeles de Bárcenas que publicó El País". Pues eso, reivindicando el honor de la fotocopia.
En ABC, que dedica su portada al terrible accidente del autobús en Ávila, Hermann Tertsch nos habla de bombas atómicas que se convierten en fétidas y avisa de que "para derribar a un Gobierno con una mayoría absoluta en un país razonablemente civilizado del Primer Mundo van a necesitar algo más que pestilencias". De acuerdo Hermann pero, ¿y en España?
La Razón, por su parte, sale al rescate de lo desconocido y, por si acaso, titula a todo trapo que "Bárcenas mintió a sus abogados sobre las cuentas en Suiza y los ‘papeles’". Un mentiroso el tesorero nombrado, ay que de eso no nos acordamos, por Rajoy, alto cargo del PP durante dos décadas.
En el editorial advierten de que "no hay que dejarse llevar por intoxicaciones informativas muy interesantes" y le pide a Bárcenas, ahora, que aclare "el origen de su escandalosa fortuna". Y es que el extesorero "no es una persona creíble y su palabra debe quedar en cuarentena". Una palabra que en otro momento señalan que "no es suficiente" como no lo son "papeles de origen incierto". Oigan, a mí me parece que estos se lo sabían antes de que El Mundo lo publicase.
Cerramos nuestro repaso en La Gaceta, que también tiene una revelación sorprendente: "El Grupo Intereconomía tuvo acceso hace una semana al papel ahora entregado por el diario El Mundo", pero "en ese tiempo, este grupo no pudo certificar su autenticidad".
Señalan también que los papeles "llevaban tachaduras con tippex", algo que "puso en guardia a la dirección del grupo y despertó sospechas sobre su autenticidad". Así que "la responsabilidad como grupo llevó a su dirección a calcular muy bien los tiempos ante las consecuencias que pudieran acarrear". Pues vamos a ir viendo esas consecuencias.