Los catedráticos creen que el 6,5 de Wert se quedaba corto
Diez catedráticos consultados por Libertad Digital coinciden en que la Universidad debe ser "elitista" y basada en la "meritocracia".
Desde hace casi un mes, la nota media necesaria para acceder a una beca beca universitaria se ha convertido en un debate instalado en tertulias y partidos. Todo, después de que el ministro de Educación José Ignacio Wert, manifestara su intención de endurecer la concesión de becas universitarias en función del expediente académico.
La oposición no tardó en poner el grito en el cielo. Decía que esta propuesta era un atentado contra la igualdad de oportunidades. Algunos representantes de izquierda unida llegaron a reivindicar la "dignidad del 5". Tanto es así, que la presión, también de sectores del PP, ha llevado al ministro a matizar su discurso rebajar esta exigencia al 5,5.
Así, con el debate encima de la mesa, Libertad Digital se ha puesto en contacto con una decena de catedráticos y profesores universitarios para conocer la opinión de una de las partes implicadas en la polémica más directamente afectadas.
Gabriel Albiac
En declaraciones a Libertad Digital, Albiac incide en que "las becas no son un acto de caridad, ni de solidaridad", según su opinión, "es una inversión social mediante la que el Estado selecciona a los más capaces". Aclara que "no soy partidario de que haya una nota concreta, soy partidario de que se escoja a las notas más altas". Tal y como incidía "la función de una beca es seleccionar a los sujetos intelectualmente más capaces para que en un momento puedan revertir esa capacidad en la sociedad". "No estamos hablando de dignidades para nada, un tipo puede ser dignísimo y no servir para estudiar".
También criticaba con dureza la posición del consejo de rectores que pedía que se becara a aquellos candidatos que sacaran un 5 o más de nota media. "lo de los rectores es una vergüenza absoluta", decía. La hipótesis "que subyace" es que "el sistema de enseñanza tiene que desembocar en la universidad" lo que termina convirtiéndola en un "pozo de paro sin fondo", sentencia.
Antonio Morales Moya
Como Albiac, Morales recordó que "no todo el mundo tiene por qué ir a la Universidad" y que "la FP debe jugar un papel mucho más importante". Según su experiencia, "la educación que se está dando en España resulta no demasiado eficaz y parece que más cara que la media europea". Por este motivo "urge una reforma en este sentido, la iniciativa de Wert parece que va en la buena dirección".
Alfredo Montoya
La razón que esgrime Montoya para apoyar esta postura es que "la concesión de estas becas debe estar en función de la necesidad económica del destinatario pero también del aprovechamiento. No tendría ninguna justificación estar pagando a unas personas que no lo merecen, ni demuestran merecerlo". En este sentido, es "absolutamente necesario ponderar el aprovechamiento de los beneficiarios de esas becas que les colocan en una posición de privilegio respecto al resto de ciudadanos".
Rafael Calduch
En este sentido denuncia que existe un "déficit de formación educativa y de conocimientos gravísimos en la enseñanza media" que termina por condenar a las personas que tienen calidad intelectual y voluntad de trabajo, pero que su formación es escasa por la mediocre educación secundaria que ha recibido. Así, para Calduch lo razonable es que las becas sean efectivamente un "instrumento para ayudar a personas con escaso recursos económicos pero con una capacidad intelectual adecuada y una voluntad de trabajo acorde a la universidad". De esta manera podrían "potenciar el capital humano del país".
Así, el catedrático de Relaciones Internacionales concluye que "cualquier sistema que seleccione únicamente con una nota de calificación en la universidad sin que previamente se haya reformado la educación media, necesariamente va a ser un sistema de discriminación y de aumento de desigualdad social". Por último, coincide con otros catedráticos al decir que es necesario potenciar las Formaciones Profesionales. "Aquel alumno que no tiene capacidad intelectual, por mucho que le des una beca, no la va a generar", en cambio "si puede estudiar un oficio, puede ganarse muy bien la vida".
Pura Sánchez Zamorano
En cuanto al acceso a las becas, Sánchez Zamorano es tajante, "no creo que se deba dar una beca a nadie que saque menos de un 8,5, siento ser tan exigente, peri si no puedes alcanzar este nivel de exigencia, no vayas a la universidad".
Explica Sánchez Zamorano que España es "el único país del mundo en el que se dan cinco oportunidades para aprobar una asignatura cuando las universidades punteras de EEUU sólo tienen una convocatoria por asignatura". Además "cuando yo estudié en EEUU y en Canadá no le daban una beca a nadie que hubiera sacado menos de un 8,5". En su opinión, las becas deben ser una manera de distribuir los recursos y hay que hacerlo premiando la meritocracia y atendiendo también a criterios económicos ya que "las sociedades tienen otra serie de necesidades". Para Pura "España no cree en la meritocracia". Coincide con sus colegas en que en España hacen falta "un montón de profesionales que no requieren la formación universitaria y aquí la obsesión es obtener una carrera universitaria".
Florentino Portero
En su análisis, "el problema básico es de concepto: aquí pensamos que toda persona tiene derecho a ir a la universidad y el mercado no requiere de tanta gente titulada". Para Florentino Portero "todo país necesita un sistema de formación de elites que son las personas que van a dirigir el país en su conjunto y han de recibir una educación de calidad", algo a lo que "España ha renunciado, al tener un sistema público de formación de elites" que da la espalda a la calidad.
José Ramón Parada Vázquez
Seguía, Ramón Parada diciendo que "en esta fórmula hay tres requisito. Primero tener capacidad, inteligencia, ansia de saber, es decir voluntad de trabajo, y tercero no tener fortuna en la propia casa. Esto está en los estatutos fundacionales del colegio mayor de Santaa cruz, pero me parece sintético y esencial en lo que debe ser una política de becas". En definitiva, "creo que hay que ser más exigente aún que el ministro Wert".
Carlos Alba Tercedor
También recordaba que estudió en universidades prestigiosas de EEUU, donde son centros sin ánimo de lucro, "si gana 10 millones, los invierte a mejorar sus becas, sus salarios, o sus investigaciones". Además, "en otros países hay una tradición de que los estudiantes pidan préstamos que luego devolverán cuando se coloquen", algo que no sucede en España, donde no te dan un crédito "porque no creen que vayas a encontrar trabajo". Como sus colegas, pone en duda que la universidad sea el "destino básico de todos los españoles" y cree que la Formación Profesional debería ser una alternativa más extendida entre los españoles.
Federico Durán
Para Durán "la persona que no acredite un cierto aprovechamiento no debe seguir estudiando, se lo pueda pagar o no". En su opinión, el problema de la universidad "es la pérdida progresiva que se ha producido de los criterios del rendimiento del mérito del esfuerzo, etc". Del mismo modo que otros catedráticos, estima que "el mercado de trabajo pone de manifiesto que una buena enseñanza de Formación Profesional es mejor para obtener un puesto de trabajo que una mala enseñanza universitaria".
Rafael Pampillón
Recuerda Pampillón que "la universidad pública la pagamos entre todos. Tenemos que ver si los ciudadanos nos interesa tener un número ingente de licenciados y de graduados que luego no tienen mucha salida profesional: Que cada uno con su dinero haga lo que le de la gana. Pero con el dinero de todo habría que tener exigencia".
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