El Gobierno bendijo la salida de prisión del etarra Bolinaga, provocando un auténtico cisma en el partido que le sustenta, amparándose en su presunto estado terminal. Algunos ministros llegaron a asegurar entonces que al secuestrador de Ortega Lara le quedaban "días". E intentaban justificar la excarcelación: "Imagínate que se nos muere en el hospital, se hubiera convertido en un icono en el acto". Pero las semanas, los meses, han pasado, y el miembro de ETA sigue disfrutando de una libertad vigilada sin arrepentirse de sus actos ni colaborar con la Justicia, según denuncian las víctimas del terrorismo.
La gota que colmó el vaso, e hizo que las víctimas volvieran a su ofensiva, fue la resolución del Colegio de Médicos de Madrid, que cuestiona de forma clara los argumentos dados por el propio Ejecutivo para sacar de prisión a Bolinaga. Aún más, desveló que su situación médica no es tan mala, por la que ve factible que siga entre rejas su tratamiento.
Un asunto sobre el que ahora el Gobierno asegura no tener ni voz ni voto. "Fue el juez quién, evaluando todos los informes y reuniéndose con los médicos, decidió concederle la libertad", expuso el ministro del Interior al término del Consejo de Ministros. En su opinión, no se cometieron errores por parte del Ejecutivo: se ha hecho, dice, un "cumplimiento estrictos de las normas".
No asumiendo parte de culpa, Jorge Fernández Díaz también cerró la posibilidad de tomar decisiones para que al etarra se le prive de la libertad actual: "Si una persona debe estar en prisión o no lo deciden los jueces y los tribunales". Esto es, el Gobierno no tiene nada que decir. En este sentido, mentó un "incidente" en el que se vio envuelto Bolinaga en febrero: "Se le captó en unas imágenes y se remitieron a la Fiscalía para comprobar si con las declaraciones se hacía una violación de la conducta" pero la respuesta fue "que no se daban las condiciones necesarias" para cambiar el estatutos del miembro de la banda terrorista.
Así, para el Gobierno su obligación es "respetar y acatar". Fuentes del Ejecutivo recalcaron que si Bolinaga participara en algún acto de exaltación a ETA, por poner un ejemplo, las fuerzas y seguridad del Estado volverían a elevar un informe y éste sería remitido a la Fiscalía. "Es el procedimiento", insistieron, para intentar dar verosimilitud a la versión oficial.
En todo caso, el ministro sí quiso enfatizar por varias veces que el Gobierno "no ha negociado, no negocia y no negociará" con la banda. Aún más, proclamó que en ningún caso "habrá impunidad" y que los agentes policiales seguirán persiguiendo a los terroristas, poniendo como ejemplo las detenciones de esta misma semana en el País Vasco. Pero, en el caso de Bolinaga, Fernández Díaz contestó: "No tengo nada más que decir, los tribunales han decidido".