Tal día como hoy, 7 de junio, pero de 2011, Libertad Digital contaba en su portada que "Bildu amedrenta al único concejal del PP en Elorrio y señala a varios medios". El Tribunal Constitucional permitió que Bildu estuviera en las instituciones en contra de lo acordado por el Supremo y en la localidad vizcaína esta decisión la sufrió Carlos García que consiguió un acta de concejal en las últimas elecciones. Éste se mostró muy crítico con la sentencia y dijo que "me gustaría que los jueces del Tribunal Constitucional viesen lo que está haciendo Bildu en Elorrio y viesen los panfletos intentando coaccionar a los concejales del PP y PNV".
En esRadio contó su experiencia y sus intenciones de evitar por todos los medios que la formación proetarra consiguiera la alcaldía, ya que su voto era decisivo para la formación del Ayuntamiento. El popular aseguró que "por desgracia se están confirmando las peores expectativas con respecto a Bildu" y consideró que cada día había "más pruebas de que es lo mismo que Batasuna".
El entonces presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, se expresó en términos parecidos y denunció que Bildu de Elorrio repartió un panfleto entre los vecinos de la localidad "en el que pretende amedrentar a Partido Popular y Partido Nacionalista Vasco para impedir que una posible y legítima suma de escaños evite que la alcaldía caiga en manos de quienes aún no han condenado ni uno sólo de los 900 asesinatos cometidos por ETA".
Basagoiti aseguró que en el panfleto "se pretende insultar al concejal del PP Carlos García diciéndole que viene a hacer su guerra". Tampoco se olvidaron de los medios que habían dado voz al concejal popular y que denunciaron cómo ETA se encontraba detrás de esa marca. Así, señalaron directamente a varios medios de comunicación, entre ellos Libertad Digital.
El 11 de junio Carlos García permitió con su voto que gobernara el PNV en Elorrio y no Bildu que fue la fuerza más votada en las elecciones. El pleno fue tenso desde su inicio ya que simpatizantes proetarras acudieron al consistorio y amenazaron tanto a García como a los concejales del PNV. A la salida, la cosa fue a más y se requirió presencia policial. El acoso fue tal que Carlos García tuvo que ser escoltado hasta su coche ante una turba de energúmenos que le insultaban sin cesar.