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Un juez llama "burros" a los políticos "con todo el respeto a los equinos"

Un empleado público demandó a la empresa que lo echó por irregularidades y el juez, además de darle la razón, llama "burros" a los políticos.

El titular del juzgado de lo Social número 2 de Córdoba emitió este martes un insólito fallo cargado de juicios de valor en el que, entre otras, llama "burros" a los políticos "con todo el respeto para los equinos" y se declara "un indignado más".

El origen del fallo, al que ha tenido acceso LD, está en la denuncia que presentó en otoño del año pasado un empleado público del Instituto Municipal de Deportes de Córdoba, que había sido suspendido de empleo y sueldo por un periodo de tres años y que reclamaba su reincorporación a su puesto de trabajo como Técnico de Gestión.

La gestión del empleado

El trabajador fue sancionado por una falta muy grave relacionada con la construcción en Córdoba de un campo de fútbol de hierba artificial con fondos de la Junta de Andalucía. El despedido era el responsable de todo el proyecto, de principio a fin: el informe inicial, la construcción y, finalmente, la certificación de lo construido y de los gastos. En el proceso, sin embargo, se cometieron varias irregularidades, que fueron detectadas cuando presentó la documentación final ante los nuevos responsables del instituto tras las elecciones de 2011, que dieron la alcaldía al PP. Ante la detección de elementos "raros", como la petición de otros 40.000 euros para pagar al constructor, la dirección reclamó dos peritajes. En ambos, se detectó un desfase próximo a los 200.000 euros: de los 676.000 euros acreditados por el trabajador, se pasaba, en los otros dos informes, a poco más de 530.000.

En el juicio, en el que no se entraba a valorar el aspecto económico sino las falsedades administrativas, el empleado alegó en todo momento que se saltó pasos administrativos con el fin de no retrasar el proyecto y no perder la subvención, del 50%, de la Junta de Andalucía. Entre otras cosas, explicó que no informó de las modificaciones en las obras porque se iba "a consumir mucho tiempo".

Admitió también que su gestión estuvo lejos de ser óptima y que había "metido la pata" por intentar mediar con sus contactos entre los técnicos de la Junta de Andalucía que tenían que dar el visto bueno. Todo fue "un craso error", alegó antes de afirmar que él no se había llevado dinero alguno. El juez, en el fallo, le da la razón con unos peculiares argumentos.

La argumentación del juez

Consciente de la estupefacción que iba a causar con su forma de expresarse –admite que se está "extralimitando"-, el juez de instrucción sentencia que la actuación del trabajador, "lejos de ser constitutiva de las infracciones que se le imputan, es más demostrativa de ingenuidad y candidez que de cualquier otra cosa". El objeto de sus críticas no es el empleado, a quien ordena reponer en su puesto, sino los demandados, es decir, la nueva dirección del Instituto de Deportes. "Se cumple el proverbio que dice que ‘cuando pelean los burros…’, y eso es lo que da la impresión a este juzgador, que los burros se han peleado, y paga el arriero", es decir, el empleado público.

"Obligación de los burros, entiéndase con todos los respetos para con los equinos, en este caso los políticos todos, hubiera sido cumplir lo pactado, o sea, lograr la financiación de la obra de forma coordinada entre la Junta y el Ayuntaamiento de Córdoba" y no firmar el convenio "si sabían que no podrían cumplir". Tras repasar la historia del proyecto, lamentando cómo "lo que era prisa se convirtió en precipitación", dice que fue "el probo empleado público" quien quiso "salvar la situación".

El problema surgió, añade, "cuando los que tenían que darle cobertura, los burros, han cambiado, y no sólo no se la dan sino que recibe los palos que iban dirigidos a otros". Alude así al cambio directivo, tras las elecciones, que dio lugar a que irregularidades como esta se destaparan. Para el juez, no obstante, el trabajador no tiene culpa alguna porque no había "intencionalidad" de perjudicar a la administración sino "candidez".

Concluye el juez con un consejo a los "burros", es decir, los políticos, entre los que cuenta a los denunciados: "Más vale que se dejaran de pelear y se pusieran a andar, que hay mucho camino por delante y poco para recorrerlo". Añade que él se considera "un indignado más" y que por eso se ha tomado "la licencia" de hacer estos comentarios. Apunta, eso sí, que estas críticas las hace desde "el más sincero reconocimiento" a la "grandeza que implica ser político, la vocación más noble que existe".

Tras la sentencia, el empleado se reincorporará el lunes a su puesto.

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