Tras los diez autos emitidos por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que obligan a la Generalidad a introducir el castellano en diez colegios, todas las formaciones políticas – nacionalistas y de izquierdas, menos C´s– han salido en tropel a criticar la resolución judicial.
La postura de la Generalidad la ha manifestado su consejera de Educación Irene Rigau: no acatarán lo dictado por el tribunal y recurrirán su decisión al Tribunal Supremo. No obstante, la CUP ha ido un paso más allá.
Su diputado en el Parlamento catalán Quim Arrufat apeló a la comunidad educativa a la "desobediencia" de esta resolución. "Desobediencia de la comunidad educativa, fidelidad a la inmersión y revuelta en las plazas y de la sociedad en defensa del modelo", manifestó en rueda de prensa en la Cámara catalana, donde argumentó la necesidad de acelerar el proceso hacia la independencia de Cataluña para evitar este tipo de interlocutorias.
Mientras, según Arrufat, la comunidad educativa y el conjunto de la sociedad deben mostrar su rechazo "ante esta nueva imposición de la justicia española contra una de las pocas victorias limpias de la recuperación democrática para que no se aplique, como es un hecho en la Comunidad Valenciana y en las Islas Baleares".
Poco después, la CUP hacía un llamamiento – con cartel incluido – para acosar al líder de Ciudadanos, Albert Rivera. "Ven a decirle a Albert Rivera cómo quieres que sea la escuela en nuestro país". La convocatoria, este jueves a las 19:00 horas en el pueblo del político catalán. El propio Rivera lo anunciaba en su cuenta de Twitter. "CUP convoca mañana un escarnio en mi pueblo, contra mí, es decir, contra 280.000 catalanes que defendemos la escuela trilingüe".
"Los amigos de Otegi, CUP, se piensan que con un ‘escarnio’ en mi pueblo callarán a 280.000 catalanes que votaron C's. No lo conseguirán #escolatrilingūe", manifestaba en otro tuit. Y es que el intento de acoso contra Rivera coincide con un acto que éste tiene en su pueblo, La Garriga.