El doctor Simón Viñals, encargado del servicio médico privado que cubrió la fiesta del Madrid Arena, se ha retractado este lunes en su declaración como imputado ante el juez Eduardo López Palop de lo afirmado en la comisión de investigación municipal y ha reconocido que en "el botiquín" que se instaló en el pabellón municipal no había dos enfermeros, como sostuvo en su momento, sino que contó con un auxiliar de Enfermería.
Así lo han manifestado los abogados Felipe Moreno y Abdon Núñez, que representan a dos de las familias de las cinco víctimas, tras concluir el interrogatorio. "El personal se reducía a él, a su hijo y al auxiliar", ha señalado el letrado. Según Viñals, no se trataba de una enfermería, sino de un "botiquín" que no era un "cuchitril".
Respecto al material, según los abogados, el médico habría reconocido que el botiquín no contaba con ningún desfibrilador, tal y como sostenía al principio. En este sentido, las partes han visionado esta mañana unas imágenes que acreditan que efectivamente fue un técnico de una unidad móvil de soporte avanzado el que llevó el desfibrilador cuando las jóvenes fueron trasladadas, tardando cerca de 13 minutos.
"Falta a la verdad permanentemente. En el botiquín no había desfibrilador y solo había una camilla", ha indicado Núñez y ha añadido que para Viñals el despliegue médico era suficiente.
Además, en la comisión de investigación, el doctor aseguró que realizó una llamada al Samur, un extremo del que se habría reafirmado durante su comparecencia. Sin embargo, según los letrados, habría asegurado al juez que quizá no habría salido la llamada.
"Todo lo que no le interesa dice que es falso"
Ábdon Ñúñez, que ejerce la acusación en nombre de la familia de Belén Langdon, ha destacado que el médico no ha podido acreditar "nada ni", ni siquiera el material del botiquín. "Todo lo que le perjudica, como la declaración de San Juan – el responsable del Samur – o los documentos aportados por Diviertt, dice que son falsos. Todo lo que no le interesa es falso y todo lo que dice para nosotros es contradictorio. No hace más que liar todo para que no se le pueda decir nada", ha criticado.
Para el doctor, la enfermería estaba habilitada perfectamente para las 7.000 personas que le comunicaron que asistirían a la fiesta celebrada la noche de Halloween, aunque entiende que no lo estaba para 20.000, las personas que finalmente acudieron al evento.
A preguntas sobre si estimaba que estaba capacitado para practicar la reanimación pulmonar a las chicas, Viñals ha asegurado que sí en contra de lo que opinan las acusaciones particulares. "Es imposible que una persona de 77 años esté capacitada para hacer estas tareas de reanimación. Tal y como se produjo esta situación, entendemos que no", ha apostillado Moreno. Asimismo, Núñez ha declarado a los medios en un receso que el médico ha asegurado que tres de las víctimas mortales "llegaron muertas" pero que se les aplicaron maniobras de recuperación "durante 20 minutos".
Los abogados han anticipado a los medios que esperarán hasta que declare Carlos Viñals, su hijo, que lo hará el próximo 7 de junio tras aplazarse su interrogatorio, para solicitar que se abra una pieza de responsabilidad civil para que Simon Viñals, de 77 años, deposite una fianza para asegurar las posibles responsabilidades económicas que se deriven del proceso penal.
Por último, habría declarado que cobró en efectivo de Diviertt un total de 1.900 euros por el servicio, ya que el contrato con Miguel Ángel Flores era verbal.