El Mundo: "Rajoy refuerza a Mas con una cita secreta en La Moncloa". A Rajoy le cae una buena regañina de Pedro J. "La imagen de Rajoy negociando en la trastienda con Mas es muy negativa" y "transmite una sensación de gran debilidad por parte del gobierno". Que las comunidades buenas chicas "se caigan del guindo", que "la lealtad y los sacrificios no sirven de gran cosa". Al final, papá Rajoy quiere más al hijo calavera y "premia a quien actúa con deslealtad".
Habla también El Mundo del puñetazo encima de la mesa de la Audiencia Nacional para saldar la bronca entre Ruz y Bermúdez, que llevan semanas lanzándose los autos a la cabeza. "La sala deja en evidencia los manejos de Bermúdez". Pedro J. no disimula ni un poquito su satisfacción. "Las descalificaciones de Bermúdez contra Ruz eran gratuitas e injustas", así que, que se chinche.
Para El País, "La crítica situación de Cataluña fuerza el reencuentro de Mas con Rajoy". Al final la pela es la pela y "las necesidades pecuniarias de Cataluña han podido más que las discrepancias". Dice El País que fue Mas quien "exigió a Rajoy no dar publicidad a la reunión para evitar la exhibición pública en un momento de especial debilidad política" y Rajoy obedeció la orden como un corderito manso.
El País acepta deportivamente la derrota de su favorito en la guerra de los jueces. "La audiencia aparta al juez Bermúdez del caso Bárcenas y se lo entrega a Ruz". Qué se le va a hacer, no se puede ganar siempre. Además, Ruz es "de perfil progresista y no va a favorecer" al PP, ¿a qué no?
Josep Ramoneda saca las uñas para defender a la jefa Ada Colau y sus intimidaciones. Escrache, lo llaman ahora. El de Ada Colau es "un movimiento pacífico que reacciona contra la injusticia flagrante", algo así como la Robin Hood de las hipotecas, dice con gran sentido del humor. Y además, utiliza "procedimientos de persuasión y de negociación", dice el muy guasón.
La Razón quiere que la reunión de Rajoy y Mas pase desapercibida y la lleva a un rinconcito en portada, que no se vea mucho. "Rajoy avisa a Mas de que cederá en el déficit pero no en la consulta". Marhueda suda tinta china para justificar al jefe. "Poco se ha sabido salvo que se han acercado posturas sobre el déficit sin llegar a compromisos firmados". "La experiencia nos dice que las cesiones ante las exigencias de los nacionalismos nunca han traído nada positivo", pero es que claro, "la situación económica de algunas comunidades exige un tratamiento más flexible". Eso sí, "sin faltar a la equidad" porque sería una "injusticia" que algunas comunidades "acaben financiando las estructuras faraónicas de otras". Anda, Marhuenda, sécate la frente, que te vas a tener que comer unos cuantos sapos como éste.
Ussía ironiza con el despertar de la Colau al mundo de la hipoteca. "Después de cuatro años de insensibilidad política, ha llegado la hora de interpelar a los responsables de los desahucios. Como poco, se ha comido tres años de desahucios ejecutados durante el gobierno socialista", mira tú, qué casualidad. Valenciano tampoco se libra. Hay que ver, que "una mujer atribulada por la amenaza de los vándalos, los groseros y los cobardes" en Twitter justifique "la política de las interpelaciones de la banda de Ada Colau", eso no está bien. A lo mejor es "gratitud", ya que "jamás osaron molestar a los responsables del PSOE en sus siete años de permanentes desahucios". Y que se vaya preparando. "La señora Valenciano haría bien en ser más contundente en la defensa de la intimidad y la libertad de los ciudadanos. Algún día volverá a gobernar el PSOE y no creo que una mujer tan asustadiza se sienta tranquila con la violencia en la puerta de su casa", con lo molesto que es.
ABC dice que "Rajoy y Mas se reúnen en secreto y pactan relajar el déficit catalán". Y ya. Ni editorial, ni opinión, ni nada. Sí opina sobre el escrache, más conocido como "acoso intolerable organizado y sistemático a determinados políticos del PP". Ramón Pérez Maura nos mete el miedo en el cuerpo. "Si no plantamos cara a Lacrimógena Colau y sus comandos entre todos, todos seremos muy pronto sus objetivos", que está lanzada.
La Gaceta cree que Rajoy y Mas "algo traman y no nos dicen qué". "Es seguro que en la Moncloa se escuchan ahora voces que susurran una solución mágica al desafío separatista: un poco más de dinero por aquí, unas oportunas dilaciones judiciales por allá y el fantasma de la secesión desaparecerá como por ensalmo", inocentones. Sobre la Colau habla Kiko Méndez y no disimula que le cae gorda. "De nada sirve tratar de mover a compasión allá donde esta desterrada la piedad", dice todo lírico. "El personaje de Colau es ser la Rahola mesetaria y callejera, pasionaria de alquiler, y no le pega nada ser llorosa".