"A Francisco no le gusta el papamóvil", titula El Mundo. En realidad, lo que le gusta es "estar lo más cerca posible de todos los fieles, especialmente de los más pobres", que son precisamente los que ayer estaban en El Vaticano viendo su entronización, una ceremonia preciosa y sencilla pensada para ellos, para los pobres y desheredados del mundo que tengan televisión.
"Oriol Pujol simula que dimite en CDC y se aferra al escaño", titula sobre el caso de corrupción con el que nos desayunamos hoy. Oriol "demuestra tener mucha más consideración hacia su partido que respeto a los catalanes", concede Pedro J. "Si los partidos se siguen negando a depurar responsabilidades políticas por la corrupción, su desprestigio ante los ciudadanos no hará más que aumentar". Preocupados, se les ve. Federico Jiménez Losantos opina que "si en vez del maricomplejinismo hubiera en Moncloa algo parecido a un gobierno, el separatismo catalán, con los Pujol y Mas a la cabeza, sería decapitado", pero "no habrá tal. Lástima". Así que pare distraerse, deja volar su imaginación. "El hotel Palace, modesta sede del pío Duran, habilitaría una planta para imputados de CiU, bautizada Hospedería El Banquillo. Dado el carácter multinacional, o sea español, de la corrupción catalana, sus íntimas relaciones con la Hispania Profunda y la costumbre de aferrarse al escaño parar torear jueces, pepiños y pujolets acabarían quedándose a vivir en Madrid. Y vuelta a empezar".
También cuenta El Mundo en su portada cómo dos jueces utilizan los autos para tirarse del moño. "Bermúdez llama al juez Ruz ilógico, inconsistente y acomodaticio". Menudo espectáculo que están dando estos dos.
El País debe ver la cosa fea porque ha optado por no quemarse defendiendo a este hijo de Pujol, aunque le da un aliento de vida. "El caso de las ITV deja herido a Oriol Pujol", que no muerto. "El motor del ‘hereu’ se queda calado", que no gripado. Eso sí, en el editorial le caen unas cuantas collejas por la "tomadura de pelo" de delegar sus funciones. "Constituye un remedo burlesco del papel de la dimisión en democracia". Pero eso no es lo más grave. "Lo peor es que el nacionalismo catalán se apunta a una deriva cínica: sus dirigentes aparentan respeto a los militantes a abandonar definitiva o temporalmente sus cargos partidistas, pero los electores reciben el más estruendoso de los desprecios, ya que los líderes del partido conservan sus escaños parlamentarios".
La Vanguardia, ni chicha ni limoná. La reacción de Oriol "es consecuente con la postura del partido en esta materia". De todos los partidos, precisaría yo. "Pero en la actual situación de desconfianza hacia la política es comprensible que la ciudanía perciba que se ha quedado a medio camino", pero en fin, a los partidos les importa un rábano lo que perciba la ciudadanía.
ABC dice que el príncipe invitó al Papa a visitar España y le dijo que "muchísimos españoles estamos contentos con su elección". ¿Muchísimos? ¿No le dijo España entera, o los españoles en general? Jo, con el príncipe, ¿para eso nos hemos gastado una millonada en pagarle clases de diplomacia?
El periódico de Vocento se lleva el premio al título más original sobre Oriol Pujol. "El ‘hereu’ que no pasó la ITV", dicen los graciosillos. Como todos, opina que lo de la delegación "es una forma de enmascarar su retiro político forzoso mientras se investiga su participación en esta trama corrupta, sin dejar el acta de diputado, que le asegura un posición política protegida y le permite conservar el aforamiento". Ramón Pérez Maura se lía a bofetadas con El Mundo y ¡Hola! por sacar a Corinna . "El problema en este caso está en quienes han querido hacer el juego a Corinna", no en que la amiga entrañable vaya por ahí diciendo que trabajaba para el gobierno español. "En los medios que publican fotos de publirreportaje suministradas por la entrevistada a mayor gloria propia" en lugar de mandar un fotógrafo, a dónde vamos a llegar con los recortes. "En los que dan altavoz a quien solo estaba interesada en protegerse a sí misma (...) Medios que en algún caso han cometido la bazofia periodística de publicar despliegues multicolores y de muchas páginas de entrevista sin firmar", que no tenéis ni idea, hombre.
La Razón aporta interesantes detalles sobre la entronización del Papa. Letizia estuvo "perfecta". "Un sobrio abrigo por debajo de la rodilla y zapatos de tacón no demasiado altos y de punta redonda. Eligió una discreta mantilla y un sutil maquillaje". No como otras. Porque la futura reina de Holanda, vale, no estaba perfecta, pero llevaba una "correcta mantilla" pero la Kirchner, una ordinaria, llevaba un "chocante gorro". Y la Merkel, bueno la Merkel, menuda sosa. "Vistió su tradicional traje pantalón saltándose las recomendaciones protocolarias". Amadeo-Martín Rey y Casabieses, doctor en Historia, está horrorizado. Ayer se vio "a un príncipe reinante como Alberto II de Mónaco de chaqué, mientras que su homónimo el rey de los belgas vestía traje oscuro". Los príncipes de Asturias iban "correctísimamente vestidos", pero en cambio había "miembros de la realeza con trajes adecuados para cualquier cocktail o ‘vernissage’", qué mal gusto, por favor.
La Gaceta denuncia "lo que oculta la propuesta de Mas a Rajoy. Acuerdo para tapar las vergüenzas". "Los Pujol ofrecen, entre otras cosas, retirar las querellas contra periodistas de El Mundo". Qué detalle, el de Rajoy. ¿Esto lo sabe Pedro J.? José Javier Esparza está mosqueadísimo con los "elogios envenenados" a Francisco. "Nunca un pontífice había sido tan unánimemente elogiado" y "es inveterada argucia de cortesanos cubrir a alguien de loas para precipitar su caída". Uf, Francisco, ten cuidado cuando te subas al jeep. Pero además, "¿qué extraña suerte de ditirambo es este que consiste en elogiar al príncipe nuevo de tal modo que se cubre de oprobio al predecesor? Aquí hay gato encerrado", dice escamado. ¿Qué estarán tramando?