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Euforia en 'El País' con el Papa mientras "el Vaticano tiembla" en ‘El Mundo’

Pues ya habemus Papa. La prensa está de acuerdo en que es jesuita y hispanoamericano, pero discrepa en qué santo ha inspirado el 'Francisco'.

El País es hoy un periódico feliz. "La elección del jesuita argentino Bergoglio augura un giro en la Iglesia", dice convencido. "El nuevo papa, que se llamará Francisco como el santo de los pobres (por San Francisco de Asís) tiene un perfil ortodoxo en lo doctrinal y flexible en las cuestiones sociales". Le parece al periódico de Prisa que es un "Papa distinto", "un duro crítico de la desigualdad", que "se hace la comida" pero que, algún defecto tenía que tener, "no comulga con corrientes progresistas dentro de la Iglesia". Mecachis.

Cebrián da saltitos de contento. La elección de este Papa es un "mensaje de renovación". Su perfil "es lo suficientemente moderado y está lo suficientemente apartado de las intrigas vaticanas como para poder emprender ese camino" –el de la renovación-. "La sencillez y el estilo directo de su primer saludo anoche dan idea de un talante distinto", no tan estirado como Ratzinger, viene a decir. "Nadie esperaría un Papa revolucionario", tampoco vamos a pasarnos, "y a veces las expectativas no responden al perfil del elegido, pero las credenciales de Francisco I de hombre recto y dialogante, unidas a su condición de jesuita, pueden ser una baza decisiva para la evolución requerida". Ya. Y cuando no glorifique el aborto, ni el matrimonio gay, ni la eutanasia, ni el matrimonio de los curas, vendrán las decepciones y las quejas.

El Mundo solo dice que es "Jesuita y argentino". Ahí queda eso. Coincide en que es "un cambio histórico para la Iglesia" y tiene un "perfil austero, simple y humilde". Así que ya avisa Irene Hernández Velasco, corresponsal en Roma. "Dicen que en el Vaticano algunos ya tiemblan ante la operación de higiene que se da por descontado que llevará a cabo". Pues hay que lavarse, chicos, que es muy saludable, así que hala, al baño. Pedro J. corrobora el disgusto de Roma. "Bergoglio no era el preferido por la Curia ni los cardenales italianos". Tiene "reputación de hombre afable y austero, que vivía en un modesto apartamento e incluso se hacía su propia comida", mira qué moderno. Para que se hagan una idea: "El nuevo papa no es un profesor ni un intelectual como Benedicto XVI sino un párroco como Juan XIII". Enric González da alguna pista más. "Es un feroz opositor del matrimonio gay, aunque se muestra flexible con el uso del preservativo", un "progresista frente a la ortodoxia ratzingeriana", dice Rubén Amón.

ABC no se rompe la sesera en portada. "El argentino Jorge Mario Bergoglio, nuevo Papa". Dice Bieito en el editorial que "impondrá una nueva forma de ver la Iglesia católica, más servicial y humilde", pero, avisa, que no canten victoria ni echen las campanas al vuelo, que "no es un progresista en el sentido que esperan algunos sectores de opinión –muchos de ellos ajenos y hostiles a la Iglesia católica- pero tampoco un inmovilista". Sea como fuere, "ABC, en coherencia con el humanismo cristiano que impregna su ideario editorial, se suma a la satisfacción general de la comunidad católica por la elección de Francisco I", dice como con cristiana resignación.

Cuenta también el periódico de Vocento que Francisco es "alérgico a los cargos y a la carrera clerical". Pues más le vale que corra a la farmacia y se meta un buen chute de antihistamínicos. "No es mediático ni carismático, pero tiene el sabor de lo auténtico". Como la Coca-Cola.  A ABC no le cabe ninguna duda. Lo de Francisco es "por San Francisco Javier, un gran discípulo del fundador de la Compañía de Jesús". Y pone la guinda contándonos lo contentos que están en  Argentina. "Messi, Maradona... ¡Bergoglio!". Menudo trío de ases.

La Razón, otro que se precipita. "Papa Francisco. Un pastor humilde que reza en español". Ya estamos, cuando se ponga a rezar en latín vendrán los lamentos. El periódico de Planeta discrepa profundamente de ABC. Lo de Francisco no es para nada por San Francisco Javier, sino por San Francisco de Asís, "un claro homenaje a los franciscanos y un bello gesto de quien, siendo jesuita, quiere abrazar por igual a otra de las grandes órdenes religiosas". Ya tiene el nuevo Papa su primera tarea seria. Aclarar de inmediato por qué se ha puesto Francisco antes de que aquí se empiecen a tirar de los pelos unos y otros, que en este país cualquier cosilla vale para tirarse los trastos a la cabeza. También La Razón se pone la venda antes de la herida. "Los apelativos conservador o progresista no cuadran con su forma de ser y de pensar, porque su ejemplo evangélico está por encima de las etiquetas ideológicas". A Marhuenda le ha causado una buena "primera impresión". "No podía empezar mejor". Y eso que una vez más, "el Espíritu Santo" –siempre tan travieso, y si no que se lo digan a la Virgen María-, "se ha mostrado esquivo con los medios de comunicación y los vaticanólogos". Para él, el nuevo Papa "rompe moldes" y es "un soldado de Cristo", pero tampoco está de acuerdo con ABC en lo del carisma. "Es carismático y sorprendente".

La Gaceta no se luce con su titular en portada –"Habemus Papam: Francisco I"- pero lo compensa con creces en el interior. "El Papa que vino del fin del mundo". Cuenta Intereconomía que "durante el cónclave en el que resultó elegido Benedicto XVI, Bergoglio imploró llorando a los cardenales que no le votaran". Entonces les dio penilla y le dejaron, pero se la guardaron: ‘A la próxima te vas a enterar’, se dijeron. Dice La Gaceta que el nuevo Papa "se ha destacado por su oposición razonada a la ley argentina de matrimonio homosexual", "no es un intelectual de talla deslumbrante como su predecesor, pero ha dejado jugosas reflexiones". Como que "un corazón creyente necesita una mente abierta", por ejemplo. Por cierto que La Gaceta no podría ganarse la vida como adivinos. "Puede anticiparse ya que los medios de comunicación más alineados con el nihilismo dominante van a cubrir al Papa Francisco con los habituales calificativos: ultraconservador, ultraortodoxo, reaccionario etc". Pues menudo chasco se van a llevar cuando lean hoy El País y vean que están encantados. "Es hora de rezar", como dice La Gaceta.

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